Los pueblos de la Arquitectura Negra del norte de Guadalajara configuran un singular ramillete de pequeñas poblaciones cuyo caserío se ha levantado a base de lajas de pizarra –de donde toma su nombre la zona– en sus tejados y piedras de color oscuro o rojizo en sus muros. Por fortuna, estos pueblos han sabido conservar esta tipología urbana y ha mantenido un esmerado cuidado tanto en la rehabilitación de los caseríos como en edificios de nueva construcción. Y hay más, el entorno en el que se levantan atesora una gran riqueza natural. Todo ello invita a viajar con pausa por este imprescindible rincón de Castilla-La Mancha.
La zona se encuentra enclavada en el Parque Natural de la Sierra Norte en la que encontramos hayedos, quejigares, pinares, enebrales y encinares. En sus cielos es posible avistar especies como el águila real, el halcón peregrino, el buitre leonado o el búho real. Y en sus bosques habitan corzos, lobos, zorros, ginetas o gatos monteses.
Como pétreo vigía se yergue el pico Ocejón con sus 2.048 metros cubierto por la nieve durante los duros inviernos. Se puede llegar a la cumbre a pie después de una buena caminata sin grandes dificultades técnicas.
La naturaleza es hermosa y agreste, pero a la vez amable, invitando al paseo sosegado.
Cogolludo puede servirnos de punto de partida. Las ruinas de su castillo dominan el paisaje y no debemos perdernos su plaza Mayor y el Palacio Ducal de Medinaceli, una de las primeras joyas renacentistas de la Península.
No muy lejos se levanta Tamajón, con el magnífico Palacio de los Mendoza, actual sede del ayuntamiento, la Casa de los Montufar, su iglesia románica y la ermita de Nuestra Señora de los Enebrales. Fuera del casco urbano se encuentran las ruinas de la fábrica de vidrio.
En Retiendas se levanta el Monasterio de Santa María de Bonaval –o al menos lo que queda de él– ordenado construir por Alfonso VIII de Castilla para la orden Cister, y que todavía conserva en sus ruinas el recuerdo de un esplendoroso pasado. Y en la cercana pedanía de Almiruete sale a las calles durante los carnavales su botarga, en un espectáculo festivo que cuenta con más de mil años de antigüedad.
La carretera GU-211 nos conduce, entre robles y enebros, a Palancares y a Valverde de los Arroyos donde se celebran las populares Danzas del Santísimo en la Octava del Corpus. En este último abre sus puertas un interesante Museo Etnológico, donde se rinde homenaje cultural a la actividad textil de la zona. Muy recomendable es la plaza Mayor, la Iglesia y la ermita de la Virgen de Gracia. Es aconsejable el paseo hasta la Chorrera de Despeñalagua.
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