«El alto Tajo no es una suave corriente entre colinas, sino un río bravo que se ha labrado a la fuerza un desfiladero en la roca viva de la alta meseta. Y todavía corroe infatigable la dura peña saltando en cascada de un escalón a otro, como los que han dado nombre a aquella hoz».

Son palabras del escritor José Luis Sampedro. En ellas describe la hoz de la Escaleruela, uno de los muchos y bellos rincones que nos aguardan en el Parque Natural del Alto Tajo.

La extensión, riqueza natural y variedad paisajística de la zona hacen obligado preparar con esmero el viaje. Muchos de sus principales atractivos se pueden visitar en coche, pero será con el paseo a pie como conseguiremos empaparnos de uno de los enclaves naturales más bellos y mejor conservados de España.

Ocentejo se encuentra en la margen derecha del Tajo. Desde esta pequeña población se puede realizar una ruta para visitar las salinas de la Inesperada y, alargando algo más la caminata, el Hundido de Armallones.

No muy lejos se encuentra Canales del Ducado, desde el que se puede iniciar la ruta a la desembocadura del río Ablanquejo, afluente del Tajo. Pasamos por Sacecorbo para dirigirnos hacia Riba de Saelices. Antes merece la pena la parada en Saelices de la Sal para visitar, en la entrada de la población, las Salinas de San Juan con más de 800 año de historia. Riba de Saelices está bañada por las aguas del río Linares, entre pinares y enebros su núcleo urbano conserva un rico patrimonio histórico y cultural.

Es imprescindible acercarse a la cueva de los Casares con pinturas y grabados rupestres, a la iglesia parroquial de Santa María Magdalena y al llamado Valle de los Milagros con curiosas formaciones rocosas.

Entre cerros salpicados de enebros tomamos dirección sur para llegar a Huertapelayo. El pueblo se asoma a los barrancos formados por el río Ablanquejo que configura un espectacular cañón. Una caminata a pie nos conduce al cauce del Tajo y al puente de la Tagüenza, uno de los enclaves más sorprendentes del Alto Tajo.

Una estrecha carretera conduce hasta el pequeño poblado de trazado medieval de Buenafuente del Sistal, donde, en un valle rodeado de pinares y sabinas se levanta el monasterio de Santa María.

En Villar de Cobeta, donde de nuevo encontramos excelentes vistas, parte un camino que conduce al castillo de Alpetea, ubicado en un cerro con unas espectaculares vistas.

La ruta serpentea junto al cauce del Tajo para llegar al puente de San Pedro. Uno de los punto emblemáticos del Alto Tajo. La hoz de la Escaleruela es la hoz que se forma en el puente de San Pedro. Es una cascada que se encuentra en un edificio tobáceo que solo brota en época de muchas lluvias, por lo tanto es una cascada que no siempre es visible.

Muy cerca una pista forestal se adentra en el cañón que configuran las aguas del río. La pista, siembre cerca del río, pasa junto a algunos de los enclaves más bellos de todo el parque: la cascada de la Escaleruela o el puente de Peñalén.

Antes de llegar Zaorejas, uno de los centros neurálgicos del parque y excelente punto de partida para la práctica del piragüismo y otras actividades deportivas, conviene acercarse al mirador del mismo nombre.