La llegada a Poyatos por la carretera que recorre el río Escabas es una delicia para cualquier amante de la naturaleza. Las hoces cinceladas por las aguas cristalinas se pueden recorrer a pie (en parte) y aprovechar en los meses estivales algunas zonas para darse un refrescante chapuzón.
Poyatos se levanta en un cerro situado en la sierra de las Majadas. Tiene un rico patrimonio en el que destaca el conjunto amurallado que rodea la iglesia. Su Arco del Concejo separa la zona del templo del conjunto civil del ayuntamiento. Entre el caserío destaca la casa natal del Obispo Don Miguel y la del Corral de la Mesta. El bellísimo puente medieval de un solo ojo nos en la carretera de Tejadillo nos aleja hacia los parajes cercanos una vez más nos hace pisar un suelo que contiene huellas desde el siglo XIII.
En el entorno natural encontramos Tejadillos, con un refugio de montaña para descansar de un amplio camino, la Hoz de Poyatos con espectaculares cascadas o el hermoso paraje de Lagunillos.
Continuamos el viaje hacia el norte para cruzar el río Cuervo poco antes de llegar a Santa María del Val. El pueblo se levanta en un bello paraje bajo unos grandes farallones rocosas y las aguas del embalse de la Tosca.
Algo más al norte encontramos las torcas de Lagunaseca, cerca de la población del mismo nombre, gigantescas depresiones del terreno, de entre 30 y 500 metros de diámetro, que parecen formadas por la caída de enormes meteoritos. Aunque en realidad han sido creadas por la erosión del agua y el viento, originando un paisaje kárstico ideal para aficionados al senderismo y a la geología, con dolinas, lapiaces, o poljes.
A tiro de piedra alcanzamos la pequeña localidad serrana de Masegosa donde se encuentra la Muela de Pinilla y del Puntal con su pintoresco paisaje de “ciudad encantada”.
Desde aquí llegamos a la Laguna Grande del Tobar. Nos rodea un espectacular paisaje kárstico que se ha conformado a lo largo de los siglos por la acción del agua sobre rocas calcáreas. El fondo de la laguna es impermeable, lo cual permite la retención del agua. Reserva Natural de Castilla-La Mancha, Refugio de Fauna y espacio protegido de la Red Natura 2000, sus aguas son dulces en la superficie pero a partir de los doce metros son saladas, el triple con respecto a la del mar. La diferencia de densidad es tal que los dos tipos de agua no se mezclan nunca. Un fenómeno de los más curioso. Un sendero marcado nos permite contornear el perímetro de la laguna y disfrutar de todos sus encantos.
La última parada del viaje la hacemos en el pequeño pueblo de Cueva del Hierro y su mina romana.
Un magnífico plan para disfrutar de la naturaleza y retazos de la historia de una comarca con muchas posibilidades de ocio para todas las edades.
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