El origen del nombre de esta localidad viene de su función de lugar de paso de las antiguas rutas que unían Complutum con Carthago–Nova, en época romana; o la ruta de la seda que unía Toledo con Valencia y Cartagena. No en vano, los lugareños llaman a la zona centro del pueblo Miliaria, una tradición que da a entender que existió en dicho lugar una piedra miliaria o un miliario que marcaba las millas de distancia en una vía romana. Como buena aprendiz de tantas gentes y culturas, La Roda ha sabido recoger lo mejor de cada una y así lo pone de manifiesto en su bello conjunto urbano, declarado Bien de Interés Cultural por su valor histórico y artístico.
En él destacan calles como la de Pedro Carrasco, de claro estilo manchego, y las casas blasonadas. Existe una ruta llamada de los escudos por portadas (y sus escudos) que nos cuentan la historia de quienes han habitado La Roda en los últimos siglos. Destacan la Casa del Inquisidor o de los Atienza, donde habitó la familia Pérez de Oviedo de la segunda mitad del siglo XVI con una preciosa portada de rasgos platerescos; la Casa de los Sotos, los diferentes escudos del linaje Rojas, Carrasco y Ortiz R. de Arellano, de la familia Escobar, de la familia de la Torre… la lista es larga.
El Palacio del Doctor de la Enzina, con el escudo en la portada, es digno de admirar. Tiene un maravilloso patio porticado con columnas toscanas que sostienen el techo de madera. El palacio perteneció al Doctor Fernando de la Enzina, canónigo de la catedral de Cuenca y un adelantado a su época pues era un gran conocedor del arte y la cultura.
El Palacio de la Condesa de Villaleal, declarado B.I.C., destaca por su bella portada rococó y la cúpula decorada con tejas vidriadas.
El conocido como Lienzo de Doña Ana (hoy Centro de Mayores) era en proyecto una gran mansión proyectada en el siglo XVI por D. Pedro Carrasco Barnuevo y su esposa Dª Ana Ramírez de Arellano Ortiz y Villaseñor. Pero sólo se construyó el gran lienzo de su fachada en piedra ante la inesperada muerte de D. Pedro. Presenta un marcado estilo del arquitecto alcaraceño Andrés de Vandelvira.
De entre todas estas construcciones civiles destaca la llamada esquina de Alcañabate, una extraña pieza renacentista por la disposición de su fachada en forma de esquina y cuya fecha de ejecución, 1627, consta en una voluta. Originalmente esta fachada se encontraba en la casa ubicada enfrente, demolida en 1960 y reconstruida en 1995 por la Escuela Taller "La Enzina", colocando sus sillares, balcón y escudo enfrente de la ubicación original como si del reflejo de un espejo se tratase. Como nota histórica, apuntar que en esta casa estuvo alojada la Reina de España Doña María Ana de Austria, viuda de Felipe IV, en 1668.
Por encima de todo este entramado de casas sobresale el edificio religios más importante de la localidad: la iglesia de El Salvador, del siglo XVI, mezcla de gótico, barroco y renacentista, predominando éste último. Con tres naves longitudinales y cinco transversales alcanza en su punto más alto, la linterna de la cúpula, los 26 metros. En el exterior destaca su bella torre más conocida como el Faro de La Mancha. Se conservan los restos de un retablo de Berruguete en la sacristía.
A las afueras de La Roda, el camino que lleva a la Fuensanta (a 15 km) es ideal para hacer en bicicleta. Fuensanta nos depara al menos tres sorpresas: en mitad del pueblo, en la calle Huertas, nos encontramos un sorprendente arco árabe del siglo XII construido a base de piedra viva plana y mortero de arena y cal; y a 2 km del pueblo, el río Júcar ofrece un idílico lugar de esparcimiento, sosiego… y pesca. Los caminos que discurren paralelos al río llevan a parajes de Fuensanta tan hermosos como “La Manchega”, “Quitapellejos” o “Recodo Bello”. El río describe suaves meandros bordeado de bosques de chopo blanco, salpicados de sauces y fresnos entre otras especies ripícolas, donde hay abundante avifauna fácil de observar. Las vertientes del valle están ocupadas por amplios pinares de pino piñonero.
Finalmente, hoy restaurante y hotel, Villa Manolita es un magnífico palacete de estilo modernista construido a principios del siglo XX. En su patio principal resalta la doble escalinata de acceso principal, con una fuente en medio en la parte baja, dotando a la fachada de ese aire señorial de los años veinte.
Pero hablando de palacios, nuestra última visita es el curioso, bello y mil veces fotografiado Palacio de los Gosálvez: un edificio en ruinas pero aún impresionante a la orilla del Júcar, de estilo francés versallesco, situado a 12 km de La Roda, en las proximidades de Villalgordo del Júcar, en la provincia de Albacete, pero perteneciente al término municipal de Casas de Benítez, de Cuenca.
Para los más golosos: La Roda es la cuna de los famosos “Miguelitos”, un dulce conocido ya a nivel nacional que podemos encontrar en multitud de tiendas y establecimientos del municipio.
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