Proponemos pasar la mañana viajando al mundo romano de los siglos IV y V en el Parque Arqueológico de Carranque. Aquí, apenas a 5 km del pueblo de Carranque, en las riberas del río Guadarrama, un influyente patricio romano de nombre Materno decidió realizar importantes reformas en un complejo residencial. El resultado fue una espléndida villa campestre, un edificio palacial, un complejo productivo destinado a la elaboración de aceite y vino y un mausoleo. La contemplación de la espectacular colección de mosaicos que cubre el suelo de pasillos y veinte de las habitaciones de la Casa de Materno justifica por sí sola el viaje.
Desde iremos a Illescas, donde recomendamos hacer parada y fonda. La villa conserva un entramado medieval en su caso histórico con calles estrechas e irregulares y un número importante de plazas (Plaza mayor, Plaza de los Infanzones, Plaza de las cadenas, Plaza del Mercado…). En el Hospital-Santuario Nuestra Señora de la Caridad se conservan cinco cuadros de El Greco de obligada visita.
Se dice que en la plaza de Infanzones de Illescas pasó algunas jornadas, a la sombra de su centenario olmo, nuestro más ilustre escritor: Miguel de Cervantes. No es casualidad.
Y es que Cervantes llegó Esquivias, a 10 km de Illescas, con 38 años, y allí conoció a Catalina de Salazar y Palacios, vecina de la localidad, con quien se casó el 12 de diciembre de 1584. En la iglesia se conserva el Libro de Matrimonios donde queda documentado el enlace.
Catalina era sobrina del hidalgo Alonso Quijada Salazar, en quien algunos investigadores han visto inspiración para el inmortal héroe literario de Don Quijote. Don Alonso, que era una persona muy dada a la lectura de libros de caballerías, cedió parte de una casa de su propiedad para que viviera el matrimonio: una típica casona de dos plantas, con patio empedrado al que se accede por un portalón, con techos de vigas vistas, así como puertas con herrajes y rejas en las ventanas… que aún hoy podemos ver. Esquivias ha conservado a lo largo del tiempo esta ilustre mansión y hoy es sede de la Casa-Museo Cervantes.
Desde el año 1979, de forma ininterrumpida, se celebran a mediados de diciembre las Jornadas Cervantinas en conmemoración de aquella boda de Miguel de Cervantes Saavedra con Catalina de Salazar y Palacios.
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