El valle del río Mesa es un lugar sorprendente, de angostas gargantas, profundos desfiladeros y fértiles vegas; siguiendo el curso del río que le da nombre llegamos hasta el cruce de las provincias de Guadalajara, Soria y Zaragoza, .

Para los amantes del senderismo hay muchas posibles rutas en la zona que no defraudarán, grandes y pequeños recorridos y en diferentes tramos del río; nosotros proponemos un trayecto en coche con sólo algunas paradas inexcusables. Un trayecto que nos dará una idea del recóndito lugar en el que nos hallamos y que seguro nos dejará con ganas de más.

Nos dirigimos a Maranchón –a 100 km de Guadalajara, a 40 de Molina de Aragón– y, desde allí, a la vecina aldea de Codes. Estas son tierras de agua, de abundantes manantiales de pared, suelo, pozo… que suelen desembocar en el río Mesa y sus arroyos. Como demostración, lo primero que vemos al entrar en Codes es su navajo: un enorme y curioso pozo en mitad del pueblo, profundo en algunas zonas, que, por las características de suelo, recoge también el agua de la lluvia. Antiguamente los vecinos lo mantenían saneado para que el ganado y las caballerizas pudieran abrevar durante todo el año. Hoy no tiene uso. Si subimos al cerro del castillo, tendremos unas estupendas vistas panorámicas de los amplios sabinares.

Desde aquí nos dirigimos a Villel de Mesa, atravesando durante breve tiempo tierras de Soria por el pueblo de Iruecha. Poco antes del llegar, a 1 km, justo donde la carretera cruza el río, podemos parar a ver el viaducto romano y disfrutar del paisaje rocoso y a la vez fértil que nos rodea. En el pueblo, llamarán nuestra atención la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el castillo de los Funes. Pero por su singularidad, belleza y fácil acceso, no debemos perdernos un paseo que sale desde la piscina del pueblo hasta el pozo Galano, un bello rincón de agua y frondosa vegetación al final de la senda.

Continuamos hacia Algar de Mesa, último pueblo de Guadalajara antes de entrar en Zaragoza, en dirección a Calmarza y Jaraba. Los cañones irán poco a poco aumentando en altura, la carretera serpentea y se encajona, los buitres nos acompañan… la zona es espectacular. Antes de llegar a Algar de Mesa destaca el paraje conocido como Los Castillotes, donde se cree que antaño pudo erigirse el legendario castillo de Mesa, vigía de la frontera entre Castilla y Aragón. El río Mesa forma pequeñas cascadas a su paso por el municipio. Ya en Algar, pequeñas cascadas jalonan el municipio.

Aunque ya entramos en tierras aragonesas, recomendamos recorrer los 10 km que faltan para llegar a los sitios más bellos del cañón: el barranco de la Hoz Seca y el Santuario de Nuestra Señora de Jaraba. Como decíamos, son varias las rutas a realizar: la Ruta de los Miradores, por ejemplo, nos permite disfrutar de algunas de las vistas más impresionantes del cañón.

A la vuelta pasamos por Mochales. Uno de los lugares más visitados de Mochales es el conocido como La Mina. Debido a la situación del pueblo entre dos cerros se formaban tremendas riadas cuando llovía. La solución para evitar futuras riadas fue la construcción de una galería de unos 200 m de largo, excavada a base de barrenos y pico a principios del siglo XX que todavía sigue desempeñando la función para la que fue creada.

En este término se encuentra el fantástico paraje del Tormo, media hora andando hacia el sur junto al río: una roca de gran altura en un antiguo meandro del río Mesa.

Algo más río arriba, encontramos la cascada con poza conocida como el Escalerón, vigilada en lo alto por la mirada atenta de la Peña Coba.