Los duros y fríos meses de invierno en la Alcarria conquense adormecen el exuberante paisaje de los campos que se extienden en las estribaciones de la Serranía. Entre las masas boscosas desprovistas de su verde manto y tierras de cultivo a la espera de la suaveprimavera, un intenso color rojizo se apodera e ilumina los campos. Es el rojo de las ramas largas, delgadas y flexibles del mimbre que, desprovistas de sus alargadas hojas, ofrece un sugerente espectáculo visual.

Utilizado para crear muebles, bandejas, cestos, cuévanos, nasas para cangrejos, cunas ,polleras (tacatás), sonajeros, butacas, baúles y otros objetos, los campos de mimbre conquenses nos invitan a descubrir paisajes y rincones que no dejarán indiferentes alviajero. Estamos ante uno de los paisajes más pintorescos del norte de la provincia deCuenca, frontera entre la Alcarria y la Serranía,

La ruta que proponemos, y que permite admirar el mar rojizo de las mimbreras, comienza en Priego, uno de los pueblos más bellos y acogedores de Castilla-La Mancha. Portal de entrada a la Serranía desde la Alcarria, el pueblo se asoma a un espectacular estrecho excavado por el río Escabas.  La Plaza de los Condes, la casa Pernía, el palacio de los Condes de Priego, las casas de la Inquisición, la iglesia de San Nicolás de Bari y los cenobios, en pie o en bellísimas ruinas, de San Miguel de las Victorias y Nuestra Señora del Rosal, el castillo, el puente medieval de Allende, los restos de un molino y de la fábrica de harinas de los Barrales o las características cuevas de San Roque para la guarda del vino son algunos de los rincones que encontraremos en nuestro paseo. 

Tomado Priego como centro de operaciones, muy cerca, hacia sur, cruzando el Escabas y los campos de mimbre, llegamos a Villaconejos de Trabaque, en el que hay que detenerse para admirar la iglesia de San Juan Bautista y la ermita de la Concepción. 

La siguiente parada es Albalate de las Nogueras, situado en lo alto de un cerro, formado por la confluencia del río Trabaque y su afluente, el Albalate. En el empinado callejero se levantan mansiones solariegas, que se alternan con casas tradicionales, y la iglesia de la Asunción.

Al norte de Priego, la ruta nos lleva a Alcantud y a Valdeolivas que conserva la esencia medieval al abrigo de los olivos que lo rodean y que tanta fama le han dado; recorrer sus calles estrechas y sinuosas nos permitirá descubrir bellos ejemplos de arquitectura señorial y popular como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.