Con el vino de la D.O. Méntrida como hilo conductor, proponemos una ruta por pequeños municipios (y no tan pequeños) de la provincia de Toledo. En el camino encontraremos recursos patrimoniales y naturales en los que merece la pena hacer una parada. Visitar las bodegas, viñedos y cooperativas es el complemento perfecto para un viaje por “tierras de pan y vino”.
Once municipios de la provincia de Toledo participan en este recorrido: Méntrida, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo y Nombela.
Méntrida, el municipio que da nombre a la Denominación de Origen, posee un casco antiguo que ha sido declarado Conjunto Histórico por su trazado del siglo XIII. Entre el 24 y el 27 de abril tiene lugar la Romería en Honor a Nuestra Señora de la Natividad, una singular y colorida celebración declarada Fiesta de Interés Turístico Regional entre cuyos ritos destaca el de los niños danzantes, ataviados con el traje típico de enaguas almidonadas. La romería tiene lugar en la Dehesa Berciana, un espacio natural de bosque mediterráneo que podemos recorrer por un sendero circular.
Merece la pena una excursión a las Cuevas del Castillejo, unas cuevas-bodegas excavadas directamente en la tierra que enlazan con la amplia tradición vinícola que se viene desarrollando en Méntrida. Su función era conservar y madurar el vino durante todo el año a una temperatura estable.
Torrijos es la capital de la comarca del mismo nombre y el pueblo más grande de toda la ruta. Es obligada la visita al palacio de Pedro I, a la Capilla del Santísimo Cristo de la Sangre y, sobre todo, a Ia la colegiata del Santísimo Sacramento, mandada construir por doña Teresa Enríquez –conocida como la Loca del Sacramento–, con la participación de Alonso Covarrubias, sobre una mezquita musulmana.
En Maqueda hay varios elementos patrimoniales de singular interés como los restos de la muralla árabe, la Torre de la Vela, una puerta califal y su castillo, por el cual pasaron personalidades ilustres como el Cardenal Mendoza o la mismísima Isabel la Católica. Además, esta villa aparece en la novela picaresca Lazarillo de Tormes, donde el protagonista vive parte de sus desventuras junto a un clérigo.
Quismondo, entre Maqueda y Escalona cuenta con una Semana Santa de amplia tradición inmaterial, representada cada Domingo de Resurrección con la fiesta del Tinaní. La torre-campanario de la iglesia, de estilo mudéjar y construida en ladrillo, es el elemento arquitectónico más importante que se conserva de la primitiva iglesia.
Sobre una atalaya a orillas del río Alberche se levanta Escalona. Fue esta villa real de gran importancia estratégica como atestigua su castillo, que don Álvaro de Luna transformó en un impresionante palacio en el siglo XV. El paseo por sus calles no permite descubrir su pintoresca plaza –escenario en el que transcurre el final del primer libro del Lazarillo de Tormes–, los restos de sus murallas o el convento de la Encarnación. Además, podemos adentrarnos por alguno de los senderos naturales que recorren las bellas riberas del Alberche.
Fuensalida posee un marcado carácter industrial en el que destaca la producción y venta de calzado. Esta localidad alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVI durante el señorío del III Conde de Fuensalida, perteneciendo a esta época muchos de los monumentos que encontramos. Entre ellos destaca el palacio de los Condes de Fuensalida, de 1497, construido con detalles mudéjares, góticos y renacentistas. En la Iglesia de San Juan Bautista (siglos XV-XVI) destacan los ornamentos para los oficios litúrgicos, piezas de gran calidad vinculadas en su mayoría a los Ayala, señores de la villa y condes de Fuensalida.
En Camarena destacan el entorno natural Pinar Prado Palacios –un extenso parque de pinos y encinas que da cobijo a una gran variedad de fauna y flora– y la Iglesia gótico-mudéjar del siglo XV. En su interior es obligado contemplar el retablo mayor de Juan de Borgoña y Copín de Holanda.
Cebolla, municipio bañado por las aguas del Tajo, se ve salpicada por diferentes ermitas, como la bella ermita de San Illán, a tres kilómetros de la villa. En ella se venera la imagen de la Virgen de la Antigua, patrona de Cebolla, y se encuentra una maravillosa serie de azulejos del siglo XVIII que representan la vida y milagros de San Illán. En el pueblo encontramos restos de un castillo medieval y palacios modernistas como el de los Duques de Frías, en la plaza del Ayuntamiento.
Arcicóllar, Nombela, Montearagón, Carmena y lLa Torre de Esteban Hambrán completan esta interesante ruta por el noroeste de la provincia de Toledo. La Feria Medieval del Vino de Montearagón, a finales de septiembre, se nos antoja un reclamo perfecto para acercarnos a los visitantes a la cultura del vino de la Denominación de Origen Méntrida.
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