En los confines de la Mesa de Ocaña, donde la planicie elevada del centro peninsular se quiebra en cárcavas y barrancos cuyos arroyos vierten al río Tajo, se abre camino este sendero que arranca y termina en Dosbarrios, y que es una muestra de la abundancia de manantiales en estos valles y su aprovechamiento.

La ruta descubre al viajero parajes que han dejado huella en la historia local a través del agua: fuente de vida, manantial de historia y, en este caso, origen del nombre de Dosbarrios. Y es que, una antigua historia habla de la existencia de dos pueblos asentados en el valle de Carábanos (actualmente Valdecarábanos), uno cristiano y otro musulmán. Las disputas por el agua eran constantes. Todo hace pensar que dado los numerosos manantiales naturales de los que se alimenta el arroyo de la Madre que cruza el precioso valle de Cardancho, sea la fuente Vieja, un poco al este de la fuente de los Cinco Caños, el origen del conflicto. 

El sendero lo podemos dividir en tres tramos. Saliendo de la fuente de los Cinco Caños, que sirvió de abrevadero a las bestias, lavadero de ropa y para el consumo humano, nos adentramos en las llanuras de la meseta donde se sitúa el pueblo. Después, rodeando el valle de Valdelahuerta, donde se encuentra el manantial del mismo nombre cuyas aguas son muy afanadas entre los vecinos del lugar, ya que, “según dicen” dotan de gran fertilidad a los cultivos del valle. A continuación, por un intrincado recorrido para salvar accidentes del terreno, el sendero vuelve a subir para saltar finalmente al Valle de Valdecarábanos por el camino de las Barcias.

Ya en las riberas del arroyo de la Madre o del Barranco del Valle pasaremos junto a la fuente del Pilar Nuevo que se encuentra dentro de la vía pecuaria y que antiguamente servía como abrevadero para los animales (hoy día se utiliza como depósito de almacenamiento para regar las huertas); no muy lejos pasamos junto el paraje de El Baño que en forma de herradura era lugar donde se bañaban las bestias y posteriormente los vecinos de Dosbarrios lo utilizaron como piscina en los días de calor. 

La ruta es circular, tiene 11 kilómetros de longitud y se puede realizar a paso tranquilo en unas tres horas, además es totalmente ciclable. Todo el recorrido está marcado con las típicas señales blancas y amarillas de la red de senderos de la provincia de Toledo (PR-TO-42). Se recomienda zapato y ropa cómodos. La mejor época es la primavera, aunque también otoño o invierno es recomendable; en el caluroso verano manchego es aconsejable evitar las horas centrales del día. 

Dosbarrios, probablemente de origen celta, conserva un callejero medieval en forma de almendra. Su calle principal desemboca en la Plaza Mayor donde se encuentra el Ayuntamiento del siglo XIX y el pósito del siglo XVI. El resto del casco es de trazado irregular y cuenta con varias plazas y casas solariegas de uso residencial y agrario, entre las que destacan la casa de los Monos y la casa de la Tercia.