Proponemos un cómodo y bello paseo por la zona de la Arquitectura Negra en la Sierra Norte de Guadalajara: el sendero de pequeño recorrido PR-GU 03 que parte del pueblo de Tamajón y baja hasta la presa de El Vado.

Este sendero es conocido como Camino del Arcipreste, pues la ruta termina en un pequeño monolito levantado en recuerdo al Arcipreste de Hita que, según relata en El libro del buen amor, terminó su viaje orando en el santuario de Nuestra Señora de El Vado, hoy bajo las aguas embalsadas en 1954.

El recorrido está perfectamente señalizado ya desde su inicio junto a la fuente del pueblo de Tamajón.

Comparte durante un tiempo su trazado con el GR10 y GR60 pero, al poco de empezar, nuestro camino se bifurca hacia el suroeste rodeando la colina aquí conocida como “El Lomo”.

Durante un buen trecho la pista subiendo suavemente hacia un depósito de agua desde donde se contempla un interesante panorama: hacia el sur se divisa la cantera, ahora abandonada; hacia el noreste se dibuja Tamajón y, al oeste, un extenso bosque de pinos coronado por las cumbres de la Sierra de la Puebla. Hacia allí nos dirigimos.

Una cómoda bajada nos adentra en el frondoso pinar. Después, el descenso se hace más fuerte y complicado hasta el fondo de la vaguada donde se juntan el arroyo de la Virgen con el arroyo de las Hoces que se atraviesa sin mayor problema.

Las vistas son preciosas: al fondo tenemos la Sierra de Ayllón, a la izquierda el pico del Lobo -el más alto de Guadalajara– y, a la derecha, el siempre imponente Ocejón.

Una señal indica la dirección hacia el canal artificial que forma parte de las infraestructuras de la presa de El Vado. Una pasarela nos conduce primero hacia una pista asfaltada llena de baches y, después, hacia una pista de tierra dispuesta a la derecha del camino.

Tras recorrer 500 metros se llega al monolito del Arcipreste de Hita, situado junto al dique sur del pantano de El Vado.

El embalse del Vado se realizó con objeto de destinar sus aguas al riego a través de la Real Acequia del Jarama. No obstante, en el año de su inauguración se cambió su destino y sus aguas fueron asignadas al consumo de Madrid, si bien no pudieron ser utilizadas para este fin hasta el año 1960 en que se puso en servicio el canal del Jarama. Para obtener un mejor aprovechamiento fue recrecido mediante nuevas obras que se prolongaron hasta 1972. Bajo sus aguas quedó hundido casi todo el pueblo de El Vado, que le da nombre.

En el pueblo de Tamajón podemos visitar el magnífico Palacio de los Mendoza –actual sede del ayuntamiento–, la Casa de los Montufar o la iglesia románica. Fuera del casco urbano se encuentran las ruinas de la fábrica de vidrio.

En su entorno natural, la laguna de Tamajón nos ofrece la posibilidad de un bello paisaje y múltiples excursiones. La ciudad encantada de Tamajón, al erosión crea esculturas naturales en sus rocas. El paraje de la Ermita de Nuestra Señora de los Enebrales ofrece merenderos y sendas de paseo.