Nerpio es una población de excepcional belleza natural enclavada en un paisaje dominado por la sierra de las Cabras y las aguas del río Taibilla. Su medio natural nos ofrece variadas opciones para el turismo: naturaleza a raudales, actividades como el senderismo o el ciclismo, patrimonio cultural de gran valor…
A 14 kilómetros de Nerpio existe un profundo valle que hace las delicias de los amantes de la ornitología. Un camino balizado y con paneles interpretativos transcurre por el barranco de Artuñio o del «Toñido», entre altos paredones calizos, hasta las proximidades de la aldea de Las Cañadas. Aproximadamente 11 kilómetros (ida y vuelta) aptos para todos los niveles.
En el paseo por el fondo del valle encontraremos el tradicional cultivo de nogales de esta zona, un cultivo que produce nueces de agricultura ecológica. Los nogales centenarios dan lugar a un hábitat tipo dehesa que sirve de refugio y alimentación tanto a la fauna silvestre como al ganado doméstico. También abundan otras especies vegetales como arces, serbales y encinas. Los sabinares de juniperus thurifera del fondo del barranco son los más meridionales de toda Castilla-La Mancha.
Todo este paisaje crea un hábitat idóneo para gran diversidad de aves; buitres leonados, halcón peregrino, chova piquirroja, aguililla calzada, culebrera europea, curruca mirlona y curruca mosquitera, siendo esta una de las pocas poblaciones reproductoras de curruca mosquitera del sur peninsular. En invierno es una zona de zorzales alirrojos, zorzal real y mirlo capiblanco.
Aparte de las aves, la especie estrella del barranco es la cabra blanca celtibérica que suele pastar bajo los nogales del valle.
En años lluviosos, el arroyo tiene agua en todo su recorrido y va formando pozas y pequeñas cascadas en algunos puntos. El sendero termina en la fuente de la Jordana, una pequeña cascada que sólo mana tras fuertes lluvias torrenciales.
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