Uña, en la Serranía de Cuenca, muy cerca de la Ciudad Encantada, es un pequeño pueblo situado entre una hermosa laguna y el río Júcar, en un entorno de roca y agua que no deja a nadie indiferente.
En el pueblo podemos ver viviendas populares de gran belleza y edificios religiosos destacables, como la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, construida en el siglo XIII y restaurada en el XVI; y la ermita de la Virgen del Espinar, curiosa construcción cubierta por roca y vegetación a la que se llega por un pequeño sendero pasado el mirador de la laguna.
Pero es el entorno natural lo que hace de Uña un lugar especial.
Desde el pueblo, al otro lado de la laguna, se divisan unos altos riscos. La ruta que lleva hasta allí no sólo nos deparará unas previsibles vistas espectaculares, sino el descubrimiento de una escondida y pequeña ciudad encantada de roca.
La denominada Ruta de Las Catedrales es la ruta perfecta para conocer Uña y su entorno, con un toque de emoción y diversión incluido en la ruta.
Circular
Distancia: 10,3 kilómetros
Dificultad moderada (hay que subir una escalera de mano y alguna roca)
Duración aproximada: 3:20 horas
El recorrido empieza y termina en el parking de Uña, donde encontramos un panel interpretativo. Desde aquí debemos tomar el camino de tierra que se dirige a Las Majadas y al Arroyo de la Madera.
Nuestro camino coincide durante parte del trayecto con el Sendero de Pequeño Recorrido PR-CU 37 (Del Escalerón a la Raya) y el de Gran Recorrido GR-66.
Comenzamos por el margen izquierdo de la laguna, por la amplia pista del GR-66, durante 2km, hasta una cerrada curva en la que, a la derecha, un sendero asciende zigzagueando por el Escalerón entre abundante vegetación y paredones cada vez más rocosos y altos. Varios miradores naturales nos invitan a detenernos a disfrutar de vistas espectaculares.
De repente, nos veremos atrapados en un entramado de estrechos pasillos de roca y oquedades que nos obliga a pararnos y elegir con cuidado qué pasos dar; tendremos que hacer alguna pequeña trepada por alguna roca e incluso por una rudimentaria escalera. El objetivo es llegar a lo alto de esta auténtica catedral de piedra. Nos rodea una vegetación que parece sacada de la selva tropical más profunda.
Arriba, al final de la enorme grieta, seguimos por un sendero boscoso hasta el camino llamado Senda del Buitrino. En una confluencia de pistas bajamos hacia el mirador natural del Puntal de San Roque: las vistas quitan el aliento.
Seguimos la pista que continúa perfilando la muela (Camino de las Coronillas), con vistas continuas al valle, hasta unirnos al PR-CU 37, cuyo sendero nos conduce a la Raya, otro de los grandes hitos de esta ruta. A modo de un gigantesco balcón natural que recorre toda la cornisa de piedra, la senda de la Raya desciende lentamente hasta la pista que circunda la laguna de Uña. Con el pueblo ya a la vista, sólo nos queda disfrutar del camino en un agradable paseo.
Turismo Castilla-La Mancha 2023. Todos los derechos reservados.