Estamos en la comarca del mimbre, así conocida por la gran fama de sus plantaciones, en los valles de los ríos Escabas y Trabaque. Aquí encontramos inmensos mares de mimbre, de color verde en verano y un espectacular rojo llameante en otoño e invierno; las carboneras de mimbres rojos bordean las carreteras, el mimbre blanco se seca al sol abierto en grandes abanicos. A los lados, profundas hoces y sierras abruptas. Es uno de los paisajes más pintorescos del norte de la provincia de Cuenca, frontera entre la Alcarria y la Serranía; el agua, a través de los ríos, es el elemento que lo vertebra todo.
Así que el tradicional oficio de la cestería sigue aquí vivo en formas diversas: cestas para la compra, cestos de recogida de aceituna, cuévanos, nasas para cangrejos, cunas, polleras (tacatás), sonajeros, butacas, baúles, etc.
La capital es Priego, uno de los pueblos más bellos y acogedores de Castilla-La Mancha. Con Priego como centro neurálgico podemos elegir varias excursiones cortas, aunque todo lo que aquí proponemos se puede visitar en un día. Sólo los trayectos en coche ya merecen la pena.
Hacia el este, el estrecho de Priego es un paraje natural que impresiona. Hay varios miradores; podemos subir al mirador del Rodenal, por ejemplo, para disfrutar de una bella vista panorámica. Por el camino desde Priego hasta Cañamares nos encontramos varias vías ferratas para el disfrute de los más aventureros; tres túneles excavados en la roca nos abren la Puerta del Infierno.
Hacia el oeste, ya adentrándonos en la llanura de la Alcarria, encontramos Albendea. Merece la pena visitar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, un templo de origen románico del siglo XII declarado Bien de Interés Cultural. El bello entorno de Albendea está marcado por la presencia de dos ríos: el Guadiela, que cruza el término municipal de noreste a suroeste, embalsándose en lugares perfectos para el recreo como Cueva Tomás, La Playa, puente de la Cadena; y, al contrario, de sudeste a noroeste, el río Escabas. Ambos se juntan en “las Juntas”, al norte del pueblo, desde donde caminan unidos hasta el embalse de Buendía.
En su término municipal, a 13 kilómetros de Priego por la CM-2023, se encuentra, escondida en medio de un bosque, y casi a orillas del Escabas, la ermita de la Virgen de Llanes, la más antigua de Cuenca.
La ermita también es conocida como el mausoleo romano, ya que en origen fue un monumento funerario. Se edificó en el siglo IV con sillarejos de piedra tobácea dispuestos en hiladas y formaba parte de una suntuosa villa romana –de la que existen aún restos a pocos metros del panteón–.
Con posterioridad, el mausoleo adquirió distintos usos: en época visigoda se realizó un baptisterio en su cripta, ya con Alfonso VI debió ser lugar de culto, con los Reyes Católicos fue la cabecera de una pequeña ermita; más tarde, refugio de transeúntes, pastores y animales. De aquella antigua y pequeña ermita queda hoy la cabecera.
Para los amantes de senderismo, existe la posibilidad de hacer un recorrido que lleva hasta el mausoleo-ermita de Llanes, da muestra del precioso entorno de los ríos Guadiela y Escabas y nos acerca a la experiencia de los peregrinos, que por aquí suelen pasar hacia el norte en las etapas del Camino de la Lana y de Santiago.
Desde la plaza del Olmillo, se sigue el camino de la ermita de Nuestra Señora de la Vega junto al río San Juan, hacia la antigua escombrera. Cerca de esta escombrera se encuentra un viejo chozo conocido como el Rincón del Molar, una pequeña muestra de arqueología industrial.
Sobrepasando la peña del Cuarto de la Mora, se baja al río Guadiela, que se cruza por el Puente de la Cadena. Llegamos posteriormente al Cerro del Castillo, un promontorio con los restos de un pequeño castro celtíbero y una necrópolis visigoda.
Tras cruzar el río Escabas, la Ermita-Mausoleo de Llanes, la joya arqueológica de la localidad, aparece escondida entre los pinos.
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