Con Daimiel como epicentro, proponemos un día con dos visitas fascinantes. En el propio Daimiel, su plaza Mayor es un bello lugar de encuentro, descanso y base de operaciones entre ambas etapas: nos podemos detener a visitar las iglesias de San Pedro Apóstol y la de Santa María la Mayor, ejemplos de arquitectura religiosa de los siglos XV y XVI.
Estamos en la infinita llanura manchega, de amplios horizontes. Nada parece indicar lo que nos vamos a encontrar: gran parte del término municipal de Daimiel está repleto de agua y vida –sólo a 2 km de Daimiel, un paseo, está la Laguna de Navaseca, parte de la Reserva de la Biósfera “Mancha Húmeda” y lugar excepcional para la observación de aves–.
A 15 km de Daimiel se encuentra el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, un singular humedal, único en Europa y último representante de los ecosistemas denominados “tablas fluviales” (lugares sin pendiente inundados periódicamente por desbordamiento de ríos). Eso –el agua–, más el desarrollo de una potente y característica cubierta vegetal, constituyen un excepcional hábitat para toda la fauna ligada al medio acuático, sobre todo una avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación, creando una Zona Integral de aves acuáticas. Una gran variedad puebla Las Tablas. Entre las más adaptadas al agua se encuentran el somormujo lavanco, el zampullín común y el zampullín cuellinegro. Garzas, garcillas, martinetes y todo tipo de anátidas ibéricas se pueden observar dependiendo de la época en la que visitemos el Parque.
La visita es libre y gratuita todos los días del año.
Recomendamos visitar el Parque a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
Las Tablas de Daimiel se visitan a través de tres itinerarios peatonales autoguiados que parten del aparcamiento del Centro de Visitantes. En el Centro de Visitantes recibiremos puntual información de cómo acceder a Las Tablas, de los itinerarios, además de consejos y recomendaciones según la época del año en la que nos encontremos, sin obviar el estado de los niveles hídricos y de la fauna que presenten Las Tablas el día de nuestra visita.
La Motilla del Azuer, en Daimiel, es el yacimiento más representativo de la Edad del Bronce en La Mancha (2200- 1300 a. C.), dentro de una tipología de asentamiento único en la Prehistoria, las motillas. Su nombre hace referencia a su forma como elevación artificial dentro de un espacio llano circundante. Esta es la más antigua documentada en la Península. En ella se define un recinto interior fortificado, con murallas concéntricas en torno a una torre central, grandes silos de almacenaje, el gran patio con la estructura hidráulica, sobre el nivel freático.
Para visitarla hay turnos y es obligatorio adquirir entrada en la web o en el museo comarcal de Daimiel.
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