Peralejos de las Truchas está en el corazón del Parque Natural del Alto Tajo, uno de los escenarios naturales más espectaculares de Castilla-La Mancha, entre altos cortados horadados por el río Tajo. Aquí, la parte más limpia y salvaje del río forma increíbles zonas de baño; un ecosistema rico y variado de abundante fauna y flora lo rodea todo.
Durante siglos, los gancheros surcaron estas aguas cristalinas sobre los troncos de los pinos, que guiaban desde estas tierras hasta las vegas de Aranjuez en un periplo que se extendía desde el final del invierno y principios de la primavera, hasta bien entrado el verano.
Desde hace dos décadas, los pueblos ribereños del Alto Tajo recuerdan el esfuerzo y el trabajo de estos hombres, y recuperan la memoria de un oficio que marcó, en muchos sentidos, una parte de la vida de los vecinos de estas serranías. Lo hacen con la Fiesta Ganchera, atractiva y peculiar celebración de carácter itinerante se celebra cada año –normalmente durante el mes de agosto– en alguno de estos pueblos del Parque Natural del Alto Tajo: Peralejos de las Truchas, Poveda de la Sierra, Peñalén, Zaorejas y Taravilla.
Peralejos es, pues, uno de los centros neurálgicos del Alto Tajo desde donde se pueden realizar numerosas excursiones, con el rumor del Tajo como compañero constante en el camino.
Una de esas excursiones es la llamada Cascada del Molino.
La cascada del Molino es una cascada artificial que surge de la construcción de una antigua presa y central hidroeléctrica. Se puede ir en coche, hay una zona para aparcar justo al lado.
Tanto si vamos en coche como andando, se llega, desde Peralejos, por una pista de tierra conocida como “carretera del albergue”, pues lleva a un albergue ya en desuso. En unos dos kilómetros llegaremos a la cascada. A los pies de la cascada del Molino se forma una gran poza donde, en los meses calurosos, la gente disfruta de un refrescante baño.
En esta ocasión proponemos un recorrido un poco más largo que va más allá de la cascada.
En total, unos 6 kilómetros.
Fácil acceso, apta para niños.
Desde la cascada, en vez de volver por el mismo camino, si seguimos río abajo por la orilla derecha del Tajo, disfrutaremos de sus aguas esmeraldas y de unas vistas inmejorables de los barrancos que las circundan, del bosque de Belvalle y de algún accidente geológico.
Mientras andamos veremos cómo el agua se va encajando, formando grandes paredes de roca rocas por un lado o suaves playas de grava en el otro. Las deposiciones de los carbonatos que lleva disueltos el río forman barreras naturales que dan lugar a pozas y pequeñas cascadas. El agua es tan limpia que no es raro ver truchas o incluso alguna nutria.
A 1,5 kilómetros llegamos al Área Recreativa de El Vado, una zona reconocida por el Parque Natural del Alto Tajo como zona de baño apta para niños y que cuenta con espacios con mesas.
Desde allí el camino gira a la derecha y asciende hasta el collado del Cerro Molino, que nos ofrece una de las mejores vistas del casco urbano de Peralejos y los montes circundantes.
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