La historia de Almadén y toda su comarca está ligada a la minería desde tiempos remotos, al menos desde antes de la era cristiana, cuando los romanos abrieron esta tierra para exprimirla. Desde entonces, Almadén ha producido la tercera parte del mercurio consumido por la humanidad. Alrededor de esta intensa actividad se ha desarrollado la vida del municipio y nuestra visita estará inevitablemente ligada al poso que ello ha dejado.

El Parque Minero de Almadén, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es la herencia viva de todo ello. La visita, que nos llevará medio día al menos, es un ejemplo perfecto de cómo aprender mediante la propia experiencia del viaje, una mezcla de aventura y lección de historia ideal para hacer con niños.

Ponernos los cascos y bajar a los socavones, túneles y galerías del s. XVI y XVIII, al impresionante Baritel de San Andrés; o, en el exterior, ver pozos y hornos como el de Bustamante, la muralla y puerta de Carros… nos dejará un recuerdo imborrable.

En la ciudad, el paseo por el casco antiguo nos muestra la opulencia que permitió la construcción de edificios religiosos y civiles de gran importancia e interés, entre los que destaca la Plaza de Toros, que, con su peculiar forma hexagonal, es única en el mundo.

El Castillo de Retamar, el Real Hospital de Mineros de San Rafael o la Cárcel de Forzados son otras visitas a tener en cuenta.