La Guardia se encuentra en una altiplanicie desde la cual se avista la N-IV, cuyo trazado ha sido paso desde el centro de la Península hacia Andalucía desde tiempos inmemoriales. A modo de torre de vigilancia en mitad de la llanura, la villa ha tenido una importancia especial como “guardia” o vigía de tan importante vía de comunicación, en tiempos de la dominación árabe, en la Reconquista e incluso durante la Guerra de la Independencia de principios del XIX.
En el pueblo, tres paradas nos permiten hacernos una idea de su riqueza patrimonial: el palacio-casa de los Jaenes, muy cerca de la Plaza Mayor, que conserva su pósito donde se encuentra el Archivo Municipal; la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; y, cerca de las ruinas del castillo, la ermita del Santo Niño.
Sin embargo, uno de los lugares más visitados de La Guardia son sus casas-cueva excavadas en la pared de tierra y que han estado habitadas hasta la segunda mitad del siglo XX.
La Guardia sorprende también por su entorno natural. Las vistas son espectaculares desde este mirador natural. Hacia el norte se ve el surco del arroyo Cedrón.
En torno al cauce del arroyo Cedrón se ha desarrollado gran parte de la actividad económica y vital del pueblo: molinos, batanes, terrenos de regadío, sitios de pesca, etc son testigos de ello.
Aquí proponemos dos paseos en bici o andando para conocer ese valle fluvial del arroyo que alberga dos importantes tesoros: la ya citada Ermita y santuario del Santo Niño y La Laguna de La Guardia.
Sendero circular PR-TO 19
Longitud: 15 km
Dificultad: Fácil
Duración a pie: 4 h
Tramos con poco arbolado: cuidado en el verano
Al noreste del pueblo sale el camino del Santo Niño de la Guardia, que al poco se bifurca a la derecha. A los 3 kilómetros de recorrido se llega al lugar conocido como Cuesta del Carrizal, un paisaje cuanto menos peculiar donde la erosión del agua y el viento sobre el yeso crea curiosas formas.
Otros 3 kilómetros hay hasta el complejo lagunar de 3 lagunas de agua salada, hábitat ideal para la fauna acuática (están declaradas Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de los Yesares del valle del Tajo. Cerca de las lagunas se encuentra el curioso cerro testigo de Las Maricas.
Por aquí corre de manera permanente, aunque a veces con poco caudal, el arroyo Cedrón, afluente del río Tajo.
Tras 2,5 kilómetros y un breve repecho, llegamos a la Ermita del Santo Niño, una iglesia rupestre excavada en un abrigo de roca caliza cuya construcción se data en el siglo XVI.
Sus techos de roca y las espectaculares vistas desde la terraza de acceso bien merecen la visita.
Desde aquí hasta La Guardia hay un plácido paseo de 4,2 kilómetros por caminos y sendas.
Sendero hasta la Ermita del Santo Niño
Existe la opción de ir hasta la Ermita y volver por el último tramo del camino anteriormente descrito.
Longitud: 4,2 kilómetros ida
Duración a pie: 2 horas (ida y vuelta)
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