Almagro atesora un importante conjunto histórico-artístico, no en vano está declarada Conjunto Histórico-Artístico. Es una ciudad ideal para el paseo, el descanso… un lugar idóneo para un fin de semana contemplativo.

Caminar por sus calles, sobre todo por su inalterado barrio noble, o por sus grandes iglesias y conventos y obras civiles, nos sumerge en un pasado que durante largo tiempo fue esplendoroso y relevante.

La famosa plaza Mayor, epicentro de la vida del pueblo, ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de los siglos y su estado actual se debe al cambio sufrido a finales del S. XIX y principios del XX. Curiosamente, comenzó siendo una plaza castellana bastante parecida a lo que ahora es el Corral de Comedias. En ella se celebraban todos los espectáculos y, precisamente ese fue el motivo de su primera remodelación: el cobro por parte de los inquilinos y propietarios de los locales en ella ubicados de unos alquileres a quienes quisieran ver dichos espectáculos desde sus galerías.

La uniformidad del conjunto lo propicia que el Ayuntamiento sea el encargado de pintar el exterior, aunque el uso de las viviendas sea de particulares.

El Corral de Comedias fue construido en 1628 y es conocido en todo el mundo por ser el único que permanece activo tal y como era hace casi cuatrocientos años. En su origen, el corral de comedias ocupaba una superficie de 622 metros cuadrados, algo más del doble de lo que se conserva en la actualidad. Se trata de un patio rodeado de 54 pies rectos de madera de color almagre (arcilla rojiza que da nombre a la población de Almagro). Posee dos pisos con aposentos y ganchos para colocar el toldo que protegía a los espectadores en las horas de sol; así como los de las velas o candiles de aceite. En el patio hay un pozo situado a la entrada donde debía estar la alojería para surtir de refresco a los espectadores.

Aparte, son visitas esenciales el Museo Nacional de Teatro, la Casa-Palacio de Juan Jédler (Palacio Fúcares), el Museo del Encaje, la Iglesia de San Agustín, la Iglesia de Madre de Dios o el Convento de la Encarnación.

Merece la pena detenerse en la Iglesia de San Agustín, una joya del barroco triunfante en la provincia de Ciudad Real convertida hoy en un espacio turístico, cultural y expositivo accesible para todos los públicos. Su reciente remodelación nos permite acercarnos a las impresionantes pinturas murales del camarín, a la sacristía, al coro alto, las galerías superiores y a una de sus torres, desde donde tenemos una exclusiva perspectiva de la plaza Mayor.

Como añadido, una amplia oferta hostelera y una gastronomía típica de gran personalidad: la berenjena de Almagro –una de las recetas más famosas de España–, los duelos y quebrantos, el tiznao, el asadillo, el pisto, las gachas y las migas manchegas.

En cuanto a la artesanía, es tradicional el encaje de bolillos.

En julio se celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico, quizás el más importante del mundo en su temática. Durante 20 días, más de 60.000 asistentes acuden al singular escenario que conforman corrales, teatros, palacios, plazas y calles para asistir a las representaciones y a la infinidad de actividades paralelas que se programan. Se estrenan y presentan los últimos montajes y obras de la escena y el teatro clásico de cada temporada, tomando siempre como eje fundamental el teatro clásico del Siglo de Oro tanto español como extranjero.