El paraje de las Tetas de Viana está declarado monumento natural y se caracteriza por la majestuosidad de dos cerros testigo, gemelos casi idénticos, que alcanzan los 1.145 metros, siendo el punto más elevado de la Alcarria.

Se dice que desde cualquier punto alto de Guadalajara se ven las Tetas de Viana; y que desde las Tetas de Viana se ve toda Guadalajara. Lo que es seguro es que desde las Tetas de Viana se domina un paisaje bellísimo y de gran variedad: páramos o alcarrias, plataformas situadas a considerable altura; valles encajados de ríos que dibujan intrincados meandros, como el Tajo y Tajuña; extensas campiñas próximas a los cursos de agua; y cuestas o laderas de fuertes pendientes que enlazan las superficies altas de las alcarrias con los fondos de valles.

Existen varios puntos desde los que acometer la ascensión a las Tetas de Viana (aunque sólo se puede acceder a una de ellas sin material de escalada), pero nosotros explicamos aquí el conocido como «Senda Olvidada» que parte del pequeño y tranquilo pueblo de La Puerta. En La Puerta merece la pena pararse en iglesia del siglo XII, interesante muestra del románico rural.

La ruta es fácil.

Unas 2:30 h ida y vuelta.

El camino no tiene pérdida y está señalizado. Pueden subir coches hasta la base de las Tetas por un camino difícil para vehículos, pero recomendamos hacer el recorrido entero andando sobre todo para disfrutarlo en su plenitud.

Tras un primer tramo sin dificultad alguna, se inicia una parte empinada por un barranco que deja a un lado la peña del Águila y a otro el cerro de la Fuente de Oro, hasta detenernos al borde de un cortado rocoso en el paraje denominado El Pilón con vistas a La Puerta.

La senda nos conduce entre pinos, encinas, sabinas, romero y enebros hasta la misma falda de la peña o teta que, de cerca, es más abrupta y escarpada de lo que parecía, y que rodearemos hasta encontrarnos con la única vía de acceso a la cima: una escalera metálica que nos facilita la subida.

Arriba, una pradera natural a pleno sol y viento con vistas a un paisaje espectacular. Alcanzamos a ver Trillo, los meandros del Tajo, la Alcarria en su totalidad y, al fondo, el pico Ocejón.