Alcázar de San Juan (al noreste de Ciudad Real, en pleno corazón de La Mancha) es la única población de España que celebra su carnaval del 25 al 28 de diciembre, en plena Navidad. En estas fechas se convierte en centro de atracción turística con una de las fiestas con más personalidad de Castilla-La Mancha. El «Carnavalcázar» es Fiesta de Interés Turístico Regional desde 1991.
Dos de las fiestas más esperadas y especiales del año, de las más bulliciosas y de mayor arraigo en cualquier parte de España… suceden a la vez en Alcázar desde la segunda mitad del siglo XIX. ¿Habrá tiempo para todo?¿cómo conviven Papá Noel y el entierro de la sardina, el portal de Belén y las chirigotas, los desfiles de máscaras y Nochebuena…?
Ya desde mediados de diciembre, los peleles –figuras de trapo y ropas viejas– que cuelgan de los balcones anuncian la llegada del Carnaval; también días antes, en una gran fiesta infantil, se elige por sorteo al obispillo u obispilla, que tendrá el honor de presidir el posterior desfile infantil de máscaras.
Pero es el día 25 (Navidad) cuando comienza el carnaval propiamente dicho con el Desfile Popular. En él participan máscaras individuales, parejas, tríos, cuartetos y grupos. El día siguiente, el Gran Desfile de Comparsas, con decenas de agrupaciones entregadas a su música y sus bailes.
El día 27, en el teatro auditorio municipal, se representa el Festival de Murgas y Chirigotas, uno de los platos fuertes de la fiesta. Las «verdades» que cantan las murgas son esperadas como uno de los acontecimientos del año.
Por último, el tradicional entierro de la sardina, velada y llorada por numerosos vecinos, todos de luto riguroso, y cuya quema, siempre el día 28, pone fin a cada Carnaval.
Mientras todo esto sucede, en Alcázar, no lo olvidemos, sigue siendo Navidad. La celebración de los carnavales se añade a la de actos propios navideños como una exposición de belenes o la cabalgata de los reyes magos.
El escenario es una ciudad que se ajusta al perfil típico manchego, con importantes casas solariegas de los siglos XVII al XIX. El casco urbano se dispone en torno a la plaza de Santa María, presidida por una estatua de Miguel de Cervantes, y en su recorrido ofrece gran cantidad de lugares de interés turístico y patrimonial: la citada iglesia de Santa María la Mayor, el Torreón de Don Juan José de Austria, El Cubillo, la Capilla de Palacio y sus yacimientos romanos, el convento de Santa Clara, la iglesia de San Francisco, la casa del Hidalgo… o los molinos de viento del cerro de San Antón, un paraje desde el que apreciar la extensa llanura manchega con una perspectiva de 360°.
Rutas a pie y en bici, visitas guiadas o el recorrido por el Centro de Interpretación situado en La Veguilla, asistir a catas comentadas o perderse en el encanto de las bodegas manchegas, visitar el sorprendente museo del Ferrocarril… son el complemento perfecto para conocer a fondo este fascinante enclave y esta hospitalaria ciudad.
Reserva Natural de la Biosfera
Tres lagunas forman el fascinante Complejo Lagunar de Alcázar de San Juan. De gran valor ecológico y zona de reproducción e invernada de especies como el flamenco, garza real, pato colorado o malvasía cabeciblanca: un paraíso para los amantes de las aves.
Cocina del Siglo de Oro
Tres son los productos estrella: vino, queso y las «tortas de Alcázar», con las que se elabora la tradicional bizcochá. Además, platos populares y humildes como duelos y quebrantos, guiso de bodas, gachas, migas de pastor, el pisto manchego...
Cuna de Cervantes
La ciudad esté impregnada de la presencia de Cervantes: la partida de bautismo original del autor que se conserva en la Iglesia de Santa María la Mayor, majestuosos molinos de viento en el cerro de San Antón, esculturas, estatuas, casonas del XVII... nos trasladan a aquella época.
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