El Camino Natural del Tajo es un sendero homologado (GR-113) que recorre más de 1.000 km a la vera del río, desde su inicio en la provincia de Teruel hasta Cáceres, pasando por las de Guadalajara, Madrid y Toledo. Al llegar a la provincia toledana, el Tajo la atraviesa de este a oeste durante aproximadamente 180 km, empezando en Villamejor, en el límite entre las provincias de Madrid y Toledo, pasando por las dos grandes ciudades de Toledo y Talavera de la Reina y llegando hasta El Puente del Arzobispo, ya casi en Cáceres.
Un viaje a orillas del río más largo de la Península que podemos dividir en tres bloques diferentes en su periplo toledano:
Primera parte
De Villamejor a Toledo
La salida de Villamejor, en el límite entre las provincias de Madrid y Toledo, se realiza en dirección a la carretera N-400, cruzando la vía del ferrocarril, por un tramo especialmente acondicionado para este camino natural con pivotes, evitando así el tránsito de vehículos, y pasarelas de madera y piedra para facilitar el paso sobre varios cauces.
El camino tropieza con restos de antiguos sistemas hidráulicos y construcciones agrícolas de otros tiempos mientras acompaña en paralelo a la carretera N-400 durante un tiempo, hasta que se cruzan en una gran glorieta, en Algodor. Aquí se encuentra la antigua estación de ferrocarril, lugar de paso para los trenes que circulaban de la capital hacia Toledo.
Ya cerca de Toledo, el recorrido se convierte en una senda que discurre a pocos metros del río y que supone un magnífico mirador, en el cual se puede ir observando la flora y fauna de sus riberas. Conforme nos acercamos a la ciudad encontramos frecuentes zonas de descanso y sombras donde disfrutar del paisaje.
Las vistas del Alcázar y el puente de Alcántara primero desde el río son espectaculares. La ruta rodea la ciudad por el sur por una senda ecológica hasta el puente de San Martín, que nos sirve para abandonar la capital, siempre a orillas del río.
Toledo a Albarreal de Tajo
Desde Toledo, el camino va discurriendo entre suaves colinas en las que los olivos y el cereal le dan preciosos matices al paisaje en cualquier época del año. La señalización de la senda impide cualquier posibilidad de equivocación.
A dos kilómetros, el camino se encuentra con una carretera en la que se indica que se ha de seguir hacia la izquierda, en dirección hacia el acceso a la CM-40. Antes de alcanzar esta zona se atraviesan tres rotondas. En la primera se debe tomar la segunda salida, pasando junto a la estación depuradora de aguas residuales de Toledo.
En la segunda rotonda se toma de nuevo la segunda salida, pasando por un puente que supera la CM-40 y, finalmente, en la tercera rotonda se abandona el asfalto por la primera salida, donde se encuentra una pista en la que una señal indica “camino de Albarreal”.
Ascendiendo nos acercamos al Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, que se yergue imponente sobre la línea del horizonte. Un último repecho hasta al pie del santuario, donde encontraremos un panel informativo.
Desde aquí arriba sólo resta realizar una bajada directa hacia el pueblo de Albarreal de Tajo. Nada más llegar al pueblo hay una zona de descanso con fuentes para reponer.
Albarreal de Tajo a La Puebla de Montalbán
La salida del pueblo de Albarreal está perfectamente indicada con postes y se realiza por un puente que atraviesa la carretera TO-7741, donde se transforma rápidamente en pista. El recorrido transcurre entre grandes zonas de olivares durante 11 km aproximadamente. Después, tras un ascenso continuo de unos tres kilómetros por suaves colinas, se puede disfrutar de unas maravillosas vistas, incluso se observa el plato fuerte de la ruta: el embalse de Castrejón.
El camino atraviesa típicos –pero bellísimos– paisajes manchegos de suaves colinas en un continuo y llevadero sube-baja. En un cruce la vía gira a la izquierda y un cartel indica la cercanía de Las Barrancas. A los pocos kilómetros se llega a la parte alta de este espectacular paraje, colgado sobre el embalse de Castrejón. Hay miradores habilitados que permiten asomarse sin peligro, aunque hay que extremar las precauciones; la contemplación de estas impresionantes formaciones geológicas, labradas por la acción del agua y el viento, se nos quedará en la memoria para el resto del viaje. Para los aficionados a la ornitología, este embalse cuenta con una enorme cantidad de avifauna en sus alrededores.
El camino se aleja del embalse durante cinco kilómetros por pistas de arena en un agradable camino hasta La Puebla de Montalbán.
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