Tras la construcción del Monasterio de Santa María de Guadalupe (Guadalupe, Cáceres) a mediados del siglo XIV, se creó una red de caminos que unía los principales núcleos de población del centro peninsular con esta pequeña localidad. En la actualidad se conoce y conserva el trazado de doce de estas vías de peregrinaje. Uno de ellos es el denominado Camino Real de Madrid.
Esta ruta, ya utilizada como vía de comunicación por los romanos y más tarde por los árabes, fue de las más frecuentadas desde la Baja Edad Media, teniendo su gran apogeo entre los siglos XV y XVI (los Reyes Católicos lo consolidan como Camino Real, al menos en siete ocasiones utilizó la reina Isabel este Camino). Guadalupe conserva su carácter peregrino hasta finales del siglo XVII gracias al aprecio de la casa de los Austria.
El camino tiene dos puntos de partida, uno en Madrid y otro en Toledo, uniéndose ambos trayectos en la localidad de La Mata. A partir de ahí el camino pasa por la comarca de Torrijos, llega a Talavera de la Reina, Calera y Chozas, Oropesa y se despide de Castilla-La Mancha por El Puente del Arzobispo. Desde Madrid suma 257 km en total.
El Camino puede realizarse en cuantas etapas se desee, hay muchas poblaciones de sobrado interés turístico en el trayecto en las que entretener el viaje. Es apto para hacer a pie, en coche o en bici (es totalmente ciclable).
Los Amigos del Camino Real de Guadalupe proponen realizarlo en bici en estas 4 etapas:
Madrid – Fuensalida
Fuensalida – Talavera de la Reina
Talavera – Puente del Arzobispo
Puente – Guadalupe
* Puedes consultar los tracks detallados de las etapas en esta web.
Nosotros vamos a detener nuestros pasos en Torrijos, Talavera de la Reina, Oropesa y El Puente del Arzobispo.
El Camino Real empieza en la iglesia de los Jerónimos de Madrid por su vinculación con Guadalupe, aunque, para evitar el caos urbano, muchos ciclistas y caminantes empiezan en Móstoles. Tras El Álamo, último pueblo madrileño, llega la comarca toledana de La Sagra, de orografía mayormente llana. Entra en Castilla-La Mancha por Casarrubios del Monte y transita mayormente por pista hasta Las Ventas de Retamosa; atraviesa después Camarena y llega hasta Fuensalida. Allí enlaza con la Cañada Segoviana hasta Torrijos, que merece una visita pausada.
En Torrijos es obligado acercarse al palacio de Pedro I, a la Capilla del Santísimo Cristo de la Sangre y, sobre todo, a Ia la colegiata del Santísimo Sacramento, mandada construir por doña Teresa Enríquez –conocida como la Loca del Sacramento– sobre una mezquita musulmana con la participación de Alonso Covarrubias.
Continúa el camino hacia Gerindote, La Mata y Cebolla, donde las indicaciones del Camino Natural del Tajo guían hasta Talavera de la Reina. Talavera es el centro neurálgico en el ámbito social, económico y de servicios para comarcas cercanas como Campana de Oropesa, La Jara, Sierra de San Vicente e incluso localidades del valle del Tiétar (sur de Ávila) y del nordeste de Extremadura. Pero también, en sus monumentos, rincones y fiestas descubrimos un vasto pasado.
La salida de Talavera hacia Calera y Chozas se hace por un carril bici en excelentes condiciones, a la orilla del Tajo. A su paso por Calera y Chozas, comienza una variante del camino que se desvía para atravesar la comarca de La Jara en lugar de seguir hacia Oropesa. Esta variante es conocida como Camino de la Jara. Se trata de un camino del que no se tiene constancia histórica pero que ha sido acondicionado como Vía Verde para ofrecer una alternativa más corta y fácil de recorrer que el Camino Real, gracias a que discurre por una antigua línea de ferrocarril que nunca llegó a funcionar. La distancia entre Calera y Chozas y Guadalupe por el Camino de La Jara es de 110 km, mientras que por el Camino Real es de 155 km. Además, su orografía es más amable.
La ruta, en dirección sur, atraviesa amplias zonas de cultivo para alcanzar Oropesa. Entre numerosos atractivos patrimoniales destaca su imponente castillo, cuyo perfil se dibuja frente a las cumbres de la Sierra de Gredos y que alberga el Parador de Turismo. Pero hay mucho más que ver en Oropesa.
Bañado por las aguas del Tajo, El Puente del Arzobispo es un referente mundial de la cerámica. A destacar también su imponente puente de traza medieval y germen del actual núcleo urbano en el que destaca la iglesia de Santa Catalina y un agradable conjunto de casas populares con soportales y encaladas que aportan cierto sabor manchego.
Desde Puente, ya por tierras extremeñas, el camino transita paralelo a la carretera junto a campos por terreno muy incómodos de rodar pero de preciosas sierras. Zonas abruptas donde los asaltantes de caminos se escondían a la espera de los carros que se dirigían en peregrinaje a Guadalupe.
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