El nombre de Villarrubia de Santiago viene determinado por dos hechos aparentemente evidentes: la llamada tierra “colorada” de su paisaje y haber pertenecido a la Orden de Santiago.
Situado en la comarca de la Mesa de Ocaña, a 65 km de Toledo y 13 km de Ocaña, el término municipal ya tuvo población en la prehistoria, como así lo demuestra la necrópolis del Hoyo de la Serna, de la segunda Edad del Hierro. De épocas posteriores, quedan diseminados por el pueblo algunos restos musulmanes. El primer núcleo de población tras la conquista cristiana, la primitiva Villarrubia, estuvo en el lugar conocido como Tormo.
El castillo, llamado del Tormón, formaba parte de las defensas de Toledo en su flanco Norte, junto con los de Oreja, Torrique, Alboer y Alharilla. Debió padecer los abatares y luchas que se sucedieron en torno al de Oreja inmediatamente después de la reconquista de Toledo y los ataques posteriores de almohades en el siglo XII, abandonándose a la vez que el Tormo.
En 1204, Fernán González de Marañón, maestre de la Orden de Santiago, fundó Villarrubia de Santiago, momento a partir del cual obtiene título de villa y la condición de encomienda (territorio perteneciente a una orden militar). Desde entonces, el pueblo mantiene su crecimiento gracias a la ganadería, la fruta, la caza y el vino –aún hoy reconocido–.
El pueblo crece en torno a su plaza Mayor o de la Constitución, de planta rectangular, rodeada de edificios de tipología popular con galerías y balcones sencillos; y casonas de mampostería y sillares, como la modernista casa de Lara, que luce miradores de forja y cristal rematados por decoración en abanico.
Una visita que no deja indiferente es la que nos conduce a la Cueva de la Yedra, en la plaza de la Libertad. Pertenece al parecer a un conjunto de galerías que recorren el subsuelo de Villarrubia y su origen es todo un misterio. Algunos investigadores apuntan a que pudiera ser punto de encuentro de alguna secta o logia que tendrían aquí su reuniones y ritos. Tras un acceso algo complicado se pasa por un estrecho pasillo que desemboca en la Sala de las Columnas, un espacio circular en el que sus 9 columnas tienen un papel meramente estético ya que en realidad no sujetan el techo de la cueva.
Muy próxima a la plaza se encuentra la Iglesia parroquial de San Bartolomé. De estilo herreriano, data del siglo XV o XVI. Lo más llamativo de esta iglesia es su majestuosa torre, dividida en cinco tramos con marcadas líneas que dinamizan el conjunto. En el interior de la iglesia encontramos un magnífico retablo mayor, poligonal de cinco lados, estilo barroco de transición al renacimiento, construido y tallado en madera y dorado en oro fino, con entrepaños estofados en oro. Se cuenta que Santa teresa dejó aquí olvidado su baúl de viaje.
A 5 km de la localidad, sobre el macizo rocoso que controla el río Tajo, está la ermita de la Virgen del Castellar que, según la tradición, se levantó en el siglo XIX con los restos del castillo del Tormón.
Los alrededores de Villarrubia tienen gran valor paisajístico: al norte del pueblo nos topamos con los sinuosos meandros que forma el curso del río Tajo. Producto de su erosión se forman cárcavas e imponentes barrancos que rompen la inmensa llanura a modo de grietas en el suelo; se aparecen grandes riscos y cerros blancos de cal… un paisaje áspero de extensos eriales apenas poblados de retamas, de aspecto casi lunar. Nada nos avisa de las sorpresas que la naturaleza nos tiene preparadas.
SENDERISMO
Para terminar, proponemos un paseo tranquilo (de dificultad baja, 9 km circulares) ideal para hacer en bicicleta (o a pie) que comienza y finaliza en la Plaza de la Constitución y nos lleva a conocer la Fuente Vieja y la Fuente Nueva, ambas del siglo XVIII. Fueron usadas como abrevaderos, lavadero público y suministro de agua potable para la población.
Por el Camino Fuente Vieja iremos siempre en dirección este hasta llegar a la Fuente Vieja, que coge las aguas del arroyo homónimo. Un poco más adelante nos encontraremos con el paraje conocido como Peñuela y que discurre por el barranco del Pozuelo.
Tras subir el barranco, cruzaremos el camino de Villarrubia de Santiago a Santa Cruz de la Zarza y continuaremos hacia el suroeste hasta que podamos caminar a la vera del arroyo de Fuente Nueva, rodeados de vegetación típica de ribera. Al salir del arroyo, comenzaremos el ascenso de vuelta al pueblo por el Camino de Fuente Nueva.
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