La Puebla de Montalbán presume de contar como hijo de la localidad a Fernando de Rojas, autor de La Celestina, una de las obras cumbre de la literatura española. Es la figura del escritor la que protagoniza algunos de los hitos turísticos de la localidad
El Museo La Celestina, fundado en 2003, trata de rendir homenaje a la obra y a su autor así como dar a conocer el patrimonio cultural de La Puebla. Ocupa un inmueble de dos plantas, distribuidas alrededor de un patio abierto decorado con útiles y aperos donados generosamente por los vecinos de Puebla.
Para aquellos que quieran empaparse de este clásico, existe un espacio llamado «La Celestina y su época» donde se muestra la vida del autor y su obra, con sus nexos con el renacimiento y el ambiente cultural de aquellos años. Además, ediciones facsímiles de los primeros volúmenes de La Celestina.
La sala «Los legados de la Tierra» está dedicada a fotografías antiguas que registran la forma en que vivía la gente del pueblo, su forma de trabajar y las distintas herramientas que usaban para ganarse la vida. El museo también cuenta con una muestra de los trajes típicos usados por los pueblanos.
Pero sin duda alguna, el recuerdo más importante que La Puebla tiene hacia su hijo predilecto es el Festival Celestina (la España de Rojas) que todos los años se celebra a mediados de agosto. Son unas fiestas relativamente jóvenes (desde el año 1999) pero ya muy arraigadas y todo un referente cultural en la provincia de Toledo. Diversas representaciones teatrales se realizan en las cuevas que se encuentran en diferentes zonas del pueblo, lo que otorga un carácter especial al festival. Además, la recaudación de las representaciones en las cuevas tiene la singularidad de destinarse al mantenimiento de las mismas y a cubrir el coste de aquellos (pocos) actores principales profesionales que participen. La mayoría de actores son gente del pueblo. Las entradas del festival se ponen a la venta en el Museo de La Celestina y se agotan rápidamente. Aunque hay muchas representaciones, la capacidad de las cuevas, de 10 a 15 personas, imposibilita mayor afluencia de público.
La representación más importante es la de la propia obra La Celestina, que se celebra en una abarrotada plaza Mayor, recorriendo parte de las calles del pueblo hasta llegar a la torre de San Miguel, donde finaliza la representación, llena de colorido a pesar de las horas de la noche.
Pero debemos recordar que el pasado de La Puebla es rico y va más allá de la figura del escritor. La localidad fue cabeza del estado de Montalbán que, en el siglo XII, el monarca Alfonso VII cedió a la combativa y rica Orden del Temple. En este estado se encontraría onde lugares, como San Martín de Montalbán (y su impresionante castillo), Menasalbas, Villarejo de Montalbán, El Carpio de Tajo y Mesegar de Tajo.
En el paseo por el pueblo, lugar de obligada visita y vórtice de nuestro recorrido será la plaza Mayor del pueblo. Podemos entrar por el Arco de La Manzanilla y visitar el Palacio de los Duques de Osuna, que exhibe al exterior su portada plateresca y en el interior se guarece bajo hermosos artesonados de madera de pino: uno mudéjar, otro gótico y, el tercero, plateresco. Soportales con columnas de granito sustentan la plaza al otro lado y le dan un aspecto típicamente castellano.
Pero si hay algo que sobresale en la villa es el legado religioso que parte también desde la plaza, donde se alza Nuestra Señora de la Paz de estilo gótico de transición al renacimiento. Le siguen el monasterio de Nuestra Señora de la Concepción o el convento de los Padres Franciscanos. Emblemática y erguida queda la Torre de San Miguel que pertenecía a un templo hoy desaparecido. Termina el recorrido interior la ermita del Cristo de la Caridad, más alejado, nuestro paseo nos llevará a la ermita de la Virgen de la Soledad o la de San José.
Por último, no podemos dejar pasar el entorno natural en que se haya La Puebla, un paisaje de contrastes y matices. A un lado, la vega del Tajo con la frondosidad de huertos y cultivos de regadío que llenan de color e intensidad la ribera. Al otro, la meseta que se abre en un manto de cereal.
A la altura del kilómetro 3, en la carretera que va desde La Puebla de Montalbán hasta La Rinconada, sale un sendero que nos lleva hasta el Puente Ruidero bajo el cual discurre el río Torcón, durante un corto recorrido, va excavando en las rocas un paisaje de una belleza solitaria y fascinante, dando forma a una preciosa y pequeña garganta. Este río Torcón que por aquí pasa nace en los Montes de Toledo, atraviesa el pueblo de San Martín de Montalbán y pocos kilómetros más abajo sirve de foso natural al Castillo de Montalbán. Unos tres kilómetros más abajo pasa bajo este Puente Ruidero.
Museo La Celestina
Contacto:
Avenida de Madrid, 1, 45516
Teléfono: 925776542
Email: museolacelestina@pueblademontalban.com
Web: www.museolacelestina.com
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