Sin duda, la excursión a las Chorreras de Despeñalagua es uno de los grandes alicientes de la visita a Valverde de los Arroyos. Una motivación extra para cientos de visitantes en su programa de viaje a los Pueblos de la Arquitectura Negra de Guadalajara.
La sierra noroccidental de Guadalajara, entre las vertientes meridionales de Somosierra y de la Sierra de Ayllón, atesora uno de los conjuntos más impresionantes de la arquitectura popular europea: La Arquitectura Negra, sorprendente enclave de extraordinario valor etnográfico, arquitectónico y paisajístico que además forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
Valverde de los Arroyos es, sin duda, uno de los lugares más característicos y representativos de la Arquitectura Negra de Guadalajara y ofrece una perfecta simbiosis entre su conjunto arquitectónico popular y el paisajístico. Numerosos arroyos y torrenteras confirman el porqué del nombre del pueblo. En la plaza Mayor se encuentra una tosca y bella iglesia que alberga una antigua Cruz Procesional del siglo XVI realizada por el orfebre Diego Valle, oriundo de Segovia. Junto a ella el caminante encontrará el característico juego de bolos que servía a los montaraces habitantes de estas tierras como hobby tras las duras faenas camperas y que, en su momento, provocó no pocas disputas deportivas entre los habitantes de estos valles, que competían en buena lid por la gloria de ser, el mejor lanzador de bolos del lugar.
De un rápido vistazo el visitante descubrirá una original diferencia en las fachadas de esta villa respecto a las del otro lado del Ocejón, y es que aquí la arquitectura negra se ha valido de pequeñas balconadas como elemento constructivo pensado para dar luz a las plantas superiores distribuidas con alcobas. Los acusados desniveles sobre los que se asienta esta villa le obligarán a caminar por un sube y baja de recoletas calles donde descubrir mil rincones pintorescos que llenarán su cámara de inolvidables recuerdos.
Al visitar Valverde, es casi obligado realizar el paseo circular CM5 que va desde el pueblo a la chorrera de Despeñalagua, un lugar recóndito pero de los más sorprendentes de la Región.
Distancia: 4 km.
Desnivel positivo: 110 m.
Desnivel negativo: 110 m.
Horario efectivo: 1h 40´
Al igual que en otros recorridos que parten desde esta misma villa, el camino comienza en la era del pueblo, que en la actualidad ha cambiado su tradicional uso agrícola por el deportivo, gracias a la instalación de varias porterías de fútbol. El sendero es, a la salida del pueblo, llano y cómodo de caminar, alejándose del casco urbano entre huertos de frutales y grandes nogales.
Pronto el paisaje circundante cambia dando paso a una vegetación más montaraz, compuesta principalmente por pies de roble y un extenso brezal salpicado de algún castaño.
Absortos por el espléndido paisaje circundante, un poste direccional llama la atención. Se trata de la bifurcación que separa el camino a la chorrera del camino que, por un lado sube al Ocejón (CM2) y, por otro, tiene como destino la vecina localidad de Majaelrayo (GR60).
Junto a la senda, a la izquierda, sigue la senda con destino a la Chorrera de Despeñalagua. Las señales que confirman la ruta son circulares de color azul, con un dibujo de unas montañas en su interior, aunque en esta ruta la señal más llamativa es la tubería que acompaña el caminar hasta la misma Chorrera de Despeñalagua de donde capta el caudal que transporta hasta el mismo pueblo.
El sendero se adentra en un frondoso brezal serpenteado y antes de que las piernas comiencen a protestar, se alcanza la espectacular Chorrera de Despeñalagua por donde el Arroyo de la Pineda derrama su cauce en consecutivos saltos que en conjunto suman una altura de 120 metros.
Turismo Castilla-La Mancha 2023. Todos los derechos reservados.