Esta ruta se propone para ser realizada en coche con la idea de visitar, sin largas paradas, los hitos de una comarca que ofrece muchísimo que ver y en lo que detenerse.
Junto con el Alto Tajo, situado al sur de su territorio, la comarca molinesa conforma un espectacular “Geoparque”, así reconocido por la UNESCO desde 2013. El señorío de Molina es a la vez una comarca netamente histórica. Tanto es así que el actual rey de España, Felipe VI, ostenta entre sus títulos dos señoríos: el de Vizcaya y el de Molina.
Esta zona de Guadalajara, plena pues de recursos históricos y naturales, tiene en Molina de Aragón una capital que destaca desde hace siglos, tantos al menos como su silueta coronada por el castillo medieval o por la popular Torre de Aragón. Otro de los puntos destacados de la localidad es el Puente Románico, o Puente Viejo, sobre el río Gallo, así como las diversas iglesias que se distribuyen a lo largo del casco urbano, entre las que destacan la de Santa Clara (siglo XIII), la de San Gil (XVII) y la de San Pedro (XVI), junto a dos ermitas: la de la Virgen de la Soledad (siglo XVII) y la de Santa Lucía (XVIII). En el aspecto religioso quedó para el patrimonio molinés el Convento de San Francisco, del siglo XIII. Hay una importante arquitectura civil en toda la ciudad, con numerosas casonas y palacios como el del Virrey de Manila (siglo XVIII), o el de los Marqueses de Embid.
Abandonando Molina nos adentramos en Campillo de Dueñas, donde el castillo de Zafra pasa por ser una de las fortalezas más representativas del Señorío. Recientemente ha alcanzado una notable popularidad por haber sido escenario de la afamada serie “Juego de Tronos”. En esa localidad el visitante se encontrará también con la Iglesia Parroquial (siglo XVII) y agradables parajes de jarales y encinares.
A partir de ahí, el recorrido ofrecerá la posibilidad de apreciar en Embid los restos del castillo medieval (siglo XIV), la Iglesia de Santa Catalina (XVI) o la Ermita de Santo Domingo (siglo XVIII), erigida en un atractivo prado al lado del río Piedra.
Así llegamos hasta Milmarcos, donde nos topamos con su Ayuntamiento y la plaza Mayor que mandara construir el rey Carlos II, además de la Iglesia de San Juan Bautista, renacentista del siglo XVI; la Ermita de Jesús Nazareno (siglo XVIII) y numerosos ejemplares de pairones molineses y casonas típicas de la comarca.
Siguiendo el itinerario es preciso hacer una parada obligatoria en Hinojosa, para disfrutar de la singularidad de la ermita románica de Santa Catalina (siglo XII).
Poco después llegamos a la pequeña localidad de Labros, donde podemos admirar una bella portada románica del siglo XII. Su término municipal alberga parajes de extensos sabinares que bien merecen un apacible paseo.
De ahí, a Mochales, con su plaza Mayor y algunas casonas de recio aire molinés, además de una hermosa panorámica sobre el Valle del río Mesa y los espectaculares cañones que forma el recorrido fluvial. Muy cerca de allí, ya casi en la provincia de Zaragoza, nos encontramos con Villel de Mesa. Pueblo idóneo para la práctica del senderismo por sus alrededores, el caserío encierra también monumentos tan significativos como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del gótico-renacentista (siglo XVI); las ermitas de Los Pastorcillos y de Jesús Nazareno; el Castillo medieval de los Funes; o el Palacio de los Marqueses de Villel (siglo XVIII).
De un paso nos plantamos ante Establés, donde a la sombra de su castillo medieval del siglo XV nos aguardan la Iglesia Parroquial, renacentista, del XVI, y la plaza Mayor.
Selas es la siguiente parada en nuestra ruta. En esta pequeña población se puede apreciar la Iglesia de la Virgen de la Minerva (siglo XVI), las casonas de piedra sillar, junto a numerosas fuentes procedentes del Mesa.
Desde aquí seguiremos camino hasta Rillo de Gallo, para apreciar los restos de un importante poblado celtíbero en el paraje de Villacabras y otros fantásticos entornos junto al río Gallo.
Siguiendo en la zona, no dejaremos de acercarnos hasta Corduente, famoso por albergar en su término el Barranco de la Hoz, uno de los atractivos más relevantes del Señorío de Molina. En lo monumental destaca el Castillo de Santiuste. Rodeados siempre de un entorno natural que marca la esencia de nuestro viaje llegamos a Ventosa, municipio al que pertenece el Santuario de la Virgen de la Hoz (siglo XII), que se encuentra enclavado en un imponente roquedo junto al río Gallo.
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