Los pueblos de la Mancomunidad de "Villas Alcarreñas" forman parte o lindan ya con la Alcarria Baja, en el territorio comprendido entre Guadalajara capital y los embalses de Entrepeñas y Buendía. Estas villas tienen una población inferior a trescientos habitantes, exceptuando Horche, que tiene unos 3.500. Estos pueblos se hallan en zonas altas o en valles por donde pasan ríos pequeños y de poca profundidad como el Ungría (afluente del Tajuña), Matayeguas, Arlés, Pra, Saorniz o San Andrés.
Son parajes ideales para la práctica del senderismo o la BTT.
El medio natural en el que se hallan, como toda la Alcarria, se compone de bosques de encinas, quejigos, enebros y arbustos espinosos, plantas aromáticas y medicinales como espliego, tomillo, donde las abejas elaboran la miel de la Alcarria, con Denominación de Origen. Cultivos como cereal, girasol, maíz, árboles frutales (cerezos, laurel, higueras, manzanos, perales, ciruelos …) y huertos forman parte de ese paisaje alcarreño. También hay que destacar los olivares en cuyas almazaras se elabora el aceite Fidelco, con Denominación de Origen.
El más cercano a la capital y poblado de todos ellos es Horche, al que dedicamos un viaje más exhaustivo.
Muy cerca de Horche está Romanones, en un lugar privilegiado como es el inicio del valle corto del río San Andrés, con sus sombreadas choperas, multitud de nogales y los arroyos y barrancos que descienden de sus mesetas alcarreñas, entremezclados con bosques de pinos carrasco y encinas que son recorridos por sendas que nos deleitarán con sus inesperadas vistas sobre el valle, donde el río San Andrés se une con el río Tajuña a su paso. En su caserío destaca la iglesia parroquial de San Pedro y dos casonas del siglo XVIII en la parte norte del pueblo: la Casa del Añil o Casa Azul y el Palacio de los Torres –descendientes del Conde de Romanones–.
Por otra parte, las tierras de regadío están junto al pueblo, como son las grandes hectáreas de cultivo de espárragos, ya que en Romanones existe una gran tradición por este cultivo, de hecho está considerado como el primer pueblo de la provincia que tiene tradición en el cultivo del espárrago. En el mes de mayo el pueblo de Romanones celebra la fiesta del espárrago.
Tendilla se encuentra en un valle por donde pasa el río Pra y está declarado Conjunto Histórico, lo que ya nos indica que aún conserva en su patrimonio monumental las huellas de su pasado. Este pueblo forma parte de la ruta de Viaje a la Alcarria, (en honor a la obra de Camilo José Cela), y así se hace saber mediante una placa en la plaza Mayor.
A lo largo de las calles de Tendilla encontramos claros ejemplos de arquitectura popular alcarreña, como la calle Mayor, de unos dos kilómetros de largo, toda flanqueada por soportales a ambos lados que se sujetan gracias a longevas columnas de piedra con capiteles decorados con volutas renacentistas. En el pasado albergó la importantísima Feria de San Matías, motor de la localidad entre los siglos XIV y XX. De sus casas nobles podremos conocer el palacio de los López Cogolludo, también conocido como de los Solano, fechado en el siglo XVIII y de estilo barroco con una bella fachada principal. No muy lejos encontraremos la inacabada iglesia de la Asunción de grandes proporciones. Comenzó a construirse en el siglo XVI pensando en ella como colegiata. A los pies, separada del templo, podemos ver su torre de tres cuerpos, que contempla la iglesia con pena y alegría; alegría al admirar su bella portada norte de estilo renacentista; y pena por no poder admirar también su hermoso interior en el que destaca el retablo mayor de los siglos XVII y XVIII, y el templete relicario de la Virgen de Salceda. Tanto la imagen como el templete son de plata con incrustaciones de piedras preciosas, una auténtica joya de orfebrería.
Paseando por las calles de Peñalver nos encontramos con una serie de callejones antiquísimos, con el sello inconfundible en sus roídos balcones, en lo oscuro de sus aleros salientes, y en la poca distancia que separa a una de otra las dos paredes, de las típicas mansiones alcarreñas que todavía pueden verse en las calles más antiguas.
Dentro del casco antiguo, en la plaza de España, se ubica el Museo Etnográfico de la Apicultura y de la Miel, inaugurado en octubre de 1994. El Museo consta de un único espacio en el que se ofrecen mil y un objetos relacionados con el alimento más dulce y característico de la provincia. Monumento destacado de Peñalver es la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Mérida, construida en el primer cuarto del siglo XVI. En el interior del templo se encuentra un gran retablo mayor de estilo plateresco, uno de los más bellos de la provincia, realizado en el primer cuarto del siglo XVI y restaurado hace unos años.
Fuentelencina posee un interesante patrimonio en el que destaca una gran plaza con su fuente y gran número de soportales, que en un lado sustentan el Ayuntamiento (s. XVI). Muy cerca, la iglesia parroquial de la Asunción, en cuyo interior merece la pena visitar un soberbio retablo plateresco, el más impresionante y multicolor de toda la Alcarria. Por el camino de la Vega en el cruce con el de Alhóndiga, accediendo en coche o andando por el camino de la Vega, o desde el mirador de la iglesia, por las escaleras de la cuesta del Terrero se encuentra la Fuente de Abajo o Fuente del Suso, construida en el siglo XVI y restaurada en 1998 (declarada Bien de Interés Cultural).
Moratilla de los Meleros tiene un conjunto monumental sorprendente para su poca población actual. El rollo es uno de los más notables y enigmáticos de la península, decorado con bustos y cabezas humanas, de animales, demonios y ángeles. El tamaño de la iglesia corresponde al de una gran villa: la iglesia parroquial de la Asunción, cuyo origen románico se justifica por su portada, tiene una estupenda techumbre de madera ochavada. Para los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de rutas por dos parajes atractivos: El Molino (8,97 km), un caserío de frondosa arboleda, y Valseco (6,5 kms), un paraje silencioso y recóndito en el que encontrarse con corzos no es difícil.
Alhóndiga nos ofrece paisajes que son la quintaesencia de lo alcarreño: la meseta se escalona hacia el profundo valle del río Arlés, entre barrancos de arcilla y olivares. Varios caminos recorren el variado bosque mediterráneo ofreciéndonos extensas panorámicas sobre la basta vega del río. Estamos por tanto en parajes perfectos para realizar rutas de senderismo y cicloturismo. La ruta que se encuentra señalizada con marcas verdes y blancas es la Ruta SL-6 “El Camino de la Virgen del Saz” (13 kms). Dentro de Alhóndiga se puede enlazar con otras rutas como la SL-5 a Fuentelencina o también con la ruta SL-8 hacia Auñón, bien continuando por el valle del río Arlés pasando por la ermita de la Virgen del Collado –en Berninches–, o bien por un viejo camino medieval que nos llevará hasta Auñón.
Auñón es el pueblo de la Mancomunidad de las Villas Alcarreñas más próximo al pantano de Entrepeñas, del cual se tienen unas magníficas vistas desde la ermita de Ntra. Sra. la Virgen del Madroñal, a 7 km del pueblo. La disposición de sus calles y casas muestra una clara estructura medieval. Se ven numerosas casonas nobiliarias con grandes portales adovelados, fachadas de sillería y bellos escudos heráldicos; construcciones populares, con arcos de piedra, aleros de maderas talladas y rejas de buena forja; varias fuentes… Pero lo más bello y destacado de su conjunto urbano son las casas colgantes sobre la roca y el valle que rodea a la villa. Por la importancia de Auñón como lugar de paso ya hubo aquí un puente de origen romano que fue usado hasta la época musulmana. Tras varios derrumbamientos se construyó el actual puente medieval que bien merece un paseo.
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