El Camino del Cid es un itinerario turístico cultural basado en un personaje histórico, Rodrigo Díaz, y en una obra literaria: el Cantar de mío Cid. Siguiendo sus huellas se traza un recorrido de unos 2.000 kilómetros que pasa por 8 provincias españolas, desde Vivar del Cid, en Burgos, hasta Orihuela, en la provincia de Alicante.

El tramo por la provincia de Guadalajara recorre unos 150 km desde Atienza hasta Maranchón, ya lindando con Soria. El trayecto se caracteriza por su diversidad y riqueza natural y paisajística: la serranía de Atienza, a 1.320 metros de altitud, los valles de los ríos Henares y Dulce, el Parque Natural Barranco del Río Dulce y el Parque Natural del Alto Tajo; por su riqueza patrimonial: encontramos en el camino algunos pueblos de los más bonitos de España, declarados Conjunto Histórico y/o Artístico, y castillos, atalayas y edificaciones defensivas, hitos del románico y el gótico...; y, cómo no, por sus fiestas y tradiciones y una rica gastronomía a base de dulces, caza, cordero, cabrito y setas.

En coche o moto, el Camino del Cid alcarreño se puede hacer en 1 o 2 días, pero, a nuestro juicio, sin tiempo suficiente para saborear cada parada.

Por eso proponemos 3 etapas, realizables en coche, moto, cicloturismo o BTT.

Etapa 2

45,47 Km

Jadraque-Bujalaro-Matillas-Villaseca de Henares-Mandayona-Aragosa-La Cabrera-Pelegrina-Sigüenza

Para BTT

El recorrido de la etapa remonta el curso del río Dulce y nos descubre al ciclista algunos de los entornos naturales de mayor belleza de la península que tanto fascinaron al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. Paisajes con pistas y caminos cómodos para pedalear que nos invitarán a disfrutar del entorno con tranquilidad, pero sin descuidarse, ya que hay que sacar tiempo para la visita a Sigüenza; joya medieval dominada por su castillo y la catedral.

Dificultad física: baja

Dificultad técnica media

Tiempo estimado 4 h 50 m

Tramo señalizado BTT: Sí

Señalización: GR

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Partimos de Jadraque dirección Bujalaro, un pequeño y tranquilo pueblo perfectamente cuidado, con multitud de pequeñas zonas ajardinadas, calles empedradas y edificios engalanados con macetas florecidas. La iglesia de San Antón, un sobrio edificio del XVI con una preciosa portada plateresca, preside el conjunto.

La siguiente población, Matillas, se llama así por su terreno áspero y su orografía pedregosa y montuna. Conviene recordar que la original Matillas (llamada Matillas La Vieja’) está en lo alto de un altozano, y la hoy llamada Matillas es lo que se dio a llamar como La Estación’. a un kilómetro y medio del pueblo, y fue progresivamente despoblándose en beneficio del barrio nuevo junto a la fábrica, hasta que en 1965 se abandonó la última casa habitada de la localidad. Hoy Matillas "la vieja" es un despoblado. Vale la pena acercarse hasta él y pasear entre sus calles y casas derruidas. Un pueblo abandonado ofrece siempre una perspectiva diferente del silencio, es como caminar entre un cementerio de elefantes. La antigua parroquia de Nuestra Señora de la Blanca conserva aún algunos elementos arquitectónicos del románico tardío de repoblación (siglo XIII), y ofrece unas magníficas panorámicas del valle. Aún se conserva en la parroquia de Matillas, la vieja pila tardo-románica.

En Villaseca de Henares destaca la iglesia de San Blas, de portada románica. Esta villa da inicio el Ramal de Álvar Fáñez, un estupendo sendero para bici que llega hasta Guadalajara capital pasando por Hita y al que dedicamos un viaje.

Mandayona y Aragosa, ya a orillas del río Dulce, sirven de entrada al Parque Natural del Barranco del río Dulce. El itinerario discurre íntegramente por un camino en el fondo del impresionante barranco entre paredes calcáreas. Este bello cañón excavado en las parameras calizas alcarreñas es uno de los recorridos más sugerentes del Camino y sirvió de escenario natural en muchas grabaciones de Félix Rodríguez de la Fuente. Las cristalinas aguas del río favorecen el crecimiento de frondosos bosques de ribera mientras que en los cortados calizos, repletos de abrigos, nidifican alimoches, águilas, buitres o chovas. En este espectacular atravesaremos las pequeñas poblaciones de La Cabrera y Pelegrina.

Desde esta última, son 9 km hasta Sigüenza, maravilloso conjunto histórico-artístico que bien merece una estancia larga y sin prisas.