Este viaje está especialmente pensado para aficionados al senderismo; no es indispensable hacerlo a pie, pero el que se atreva disfrutará de una experiencia más completa. Estamos en una zona de la Sierra del Segura que nos ofrece un sinfín de alternativas para disfrutar de la naturaleza.

El GR-68 es un sendero circular y señalizada que conecta pueblos de la sierra del Segura muy distantes entre sí, como Elche de la Sierra, Férez, Socovos, Letur, Nerpio, Yeste y Molinicos. La ruta puede iniciarse en cualquier punto del recorrido, así que, por ejemplo, es posible hacer el tramo Socovos-Férez-Letur (unos 18 km) en una jornada. Otra opción: con base en Férez y partiendo desde su plaza Mayor, podemos ir un día a Letur (13 km) y otro a Socovos (5 km).

Férez, conocida como la joya serrana, está situada en un bello entorno montañoso de espléndida naturaleza. Su casco urbano, de calles estrechas y sinuosas y viviendas típicas de piedra, barro y cal, esconde hermosos rincones de ambiente árabe. La iglesia de la Asunción (siglo XVI) es el edificio más destacable de la población; en su interior debemos contemplar el órgano, una joya del XVIII construido por José Llopis, el mismo que construyó el de Liétor. En las afueras de la población, vegas de olivos y almendros donde nacen varias fuentes que aportan sus aguas a distintos arroyos, que convergen en el arroyo de la Mora. En sus veredas se pueden encontrar estupendos rincones para el paseo y el reposo, como el denominado Molino de la Mora.

Un paseo por Socovos nos permite disfrutar de los restos de su castillo medieval y de su iglesia de la Asunción, pero es en las inmediaciones del pueblo donde encontramos varios parajes que lo hacen especial: hacia el este, por una pista forestal apta para la bici, nos encontramos con el arroyo de Benizar y un área recreativa perfectamente acondicionada. Siguiendo el curso del arroyo encontraremos varias sendas hasta pozas escondidas donde podemos disfrutar de un baño “secreto”. Más adelante, volviendo hacia el pueblo, pasaremos por Peña Bermeja y  la Loma del Conjurador: aquí están las pinturas de Solana del Molinico repartidas en tres paneles, dos en abrigos de amplias dimensiones y una repisa apenas cubierta. Pertenecen al llamado arte esquemático, un estilo que fundamenta su iconografía en la abstracción: puntos, barras, máculas..., con predominancia del color rojo, son los testimonios creenciales de los grupos neolíticos, semejantes a los que se encuentran en Alpera, Letur o Nerpio, también en la provincia.

Letur constituye el conjunto árabe más importante y mejor conservado de la provincia de Albacete: su casco antiguo de trazado musulmán, sus edificios de tapial, a base de tierra, agua y cal, junto con piedra, madera y caña le hicieron ser declarado Conjunto Histórico Artístico. Es uno de los pueblos con más encanto de la Sierra del Segura y de la región.

En las calles y callejones del pueblo son característicos los numerosos portalicos: un arco de medio punto o dintel con dos jambas sirve de entrada para un distribuidor o zaguán a varias viviendas. Entre sus edificios destacan la iglesia parroquial de Santa María, construida a principios del siglo XVI; y el Ayuntamiento, una elegante construcción renacentista del XVI.

El agua es protagonista en Letur, tanto dentro como fuera del entorno urbano. El charco de Las Canales es una piscina natural en el cauce del arroyo, en pleno entramado urbano, rodeada de jardines y fuentecillas.

El entorno natural de la localidad es ideal para realizar rutas a pie o en bicicleta. Al este del pueblo, la ruta de los Cantalares es un recorrido de dos kilómetros que nos lleva a hacer un paseo por la base del peñón donde se encuentra enclavado Letur. El Charco Pataco es un salto de agua precioso y zona de recreo imprescindible cuando el calor aprieta. 

Desde Letur, por el camino de la Artezuela y siguiendo el arroyo de Letur, hacia el norte, un sendero nos guía hasta La Cascada del Arroyo, un salto de agua rodeado de un entorno espectacular que sirve también como zona de baño. La mejor de las fotos para despedir el viaje.