Argamasilla de Alba está en el Campo de San Juan o, lo que es lo mismo, en pleno corazón de La Mancha. Es considerado el lugar del cual Cervantes no quiso acordarse en su primer párrafo del Quijote, un hecho que marca la visita. Pero también lo hace otro ilustre escritor: Azorín. El espectacular Parque Natural de las Lagunas de Ruidera pone el escenario natural perfecto a nuestro viaje.
Sin ir más lejos, ya la esencia cervantina se nota en el epicentro de la vida argamasillera que son los jardines de la plaza de España –conocida popularmente como “la Glorieta”– pueden observarse tres figuras del artista Cayetano Hilario (1916–1997) que representan a Dulcinea, Sancho Panza y Don Quijote.
A un lado de la plaza, una placa colocada sobre la farmacia nos recuerda el lugar en el que se encontraba la Fonda de la Xantipa en la que se hospedó Azorín durante su estancia en Argamasilla.
A otro lado, la iglesia parroquial de San Juan Bautista (s. XVI) nos sorprenderá por su “descubierto”: un gran espacio inconcluso a los pies del templo, consolidado y restaurado en 2003. No se sabe bien la causa, aunque posiblemente la principal fuera la falta de recursos o de subvención por parte de la Orden de San Juan. Este hecho nos ha legado un espacio original e interesante para estudiar y comprender las formas constructivas de este tipo de iglesias.
La iglesia se comenzó a construir en 1542 por Juan de Ornero. Una de las características de estas iglesias es que las tres naves se alzan a la misma altura, un tipo de alzado al que se denomina “iglesias de nave de salón” y contribuye a crear una sensación de espacio de mayor monumentalidad. En la actualidad este espacio es eventualmente utilizado como auditorio.
El paseo por el pueblo nos depara otros importantes edificios civiles y religiosos.
El Canal del Gran Prior es un proyecto de canalización para extender el riego en los terrenos situados entre Ruidera y Arenas de San Juan, aprovechando las aguas del Alto Guadiana, y así favorecer el desarrollo de estas tierras. El Canal es la obra más antigua ejecutada en el Alto Guadiana; su primitiva traza data del siglo XVI.
El Pósito de La Tercia (s. XVII), que preside la plaza Marqués de Casa Pacheco, tiene uso turístico y cultural. Los pósitos son una institución fundada en la Baja Edad Media. Este en el que nos encontramos, conocido como Pósito de la Tercia, es de origen privado. Los trabajos de rehabilitación del Pósito, finalizados en 2011, han permitido documentar la existencia de varios conjuntos de grafitis en las paredes del edificio, ocultos bajo las sucesivas capas de cal y realizados con las técnicas del grabado y pintura. Su temática es variada, con presencia de elementos cruciformes, epigráficos, antropomorfos, zoomorfos, geométricos…, así como elementos de conteo. En la sala izquierda de la planta baja podremos contemplar la reproducción de algunos de estos grafitis, así como varios paneles gráficos explicativos sobre la historia y funciones de los pósitos.
También en la planta baja, en la sala de la derecha, se nos presentan diversos paneles y elementos explicativos de la tradición cervantina de Argamasilla de Alba. También resulta de gran interés la reproducción de la Carta Geográfica de los Viages de Don Quixote y Sitios de sus aventuras, mapa original de 1798 realizado por el dibujante Manuel Antonio Rodríguez según las observaciones históricas de Juan Antonio Pellicer, bibliotecario del rey y miembro de la Real Academia de la Historia. Este mapa ilustra la edición del Quijote de Gabriel de Sancha (1797-1798). Y en él, Pellicer señala las tres salidas que hizo el ingenioso hidalgo. Todas ellas parten inequívocamente de Argamasilla de Alba, «patria de Don Quixote», tal como consta textualmente en la leyenda del mapa.
Por último, la planta alta del edificio está íntegramente dedicada a sala de exposiciones, y contiene una muestra permanente de los certámenes de artes plásticas convocados entre 1997 y 2007 por la Asociación de los Académicos de la Argamasilla. Se trata de una interesante colección de obras mayoritariamente pictóricas con la firma de reconocidos artistas.
A pocos metros, en la plaza de Alonso Quijano, está la famosa Botica de los Académicos; aunque es propiedad privada, hoy podemos visitar este emblemático lugar cervantino por la gentileza de sus propietarios. En este lugar, Los Académicos de la Argamasilla celebraban sus veladas cervantinas; aquí se reunieron con Azorín cuando, con motivo del tercer centenario del Quijote, en 1905, éste visitó la villa. Los Académicos de la Argamasilla emulan a aquellos que ideó Cervantes, y que aparecen como autores de varios sonetos y epitafios con los que concluye la primera parte del Quijote. Cervantes concibe una academia con la que tal vez quiso burlarse de estas instituciones tan en boga en la época, como se deduce, entre otras cosas, de los nombres burlescos que el autor dio a sus integrantes: Monicongo, Paniaguado, Caprichoso, Burlador, Cachidiablo y Tiquitoc.
Azorín vino a La Mancha con el encargo de escribir una serie de artículos para el periódico El Imparcial. Se instala en Argamasilla, desde donde visita otros lugares cercanos: Lagunas de Ruidera, El Toboso, Campo de Criptana, Alcázar de San Juan… De sus crónicas nace el libro La Ruta de don Quijote, en el cual refleja magistralmente la psicología de nuestro pueblo, inclinándose por la naturaleza argamasillesca del héroe cervantino, y teniendo la firme convicción de que efectivamente éste y no otro es el lugar, patria chica de don Quijote. Así lo expresan sus palabras:
“Don Quijote de la Mancha había de ser forzosamente de Argamasilla de Alba. Oídlo bien; no lo olvidéis jamás: el pueblo entero de Argamasilla es lo que se llama un pueblo andante”.
Pero sin duda el lugar más visitado es la Casa Cueva Medrano, actual Biblioteca Municipal y Oficina de Turismo: este es el lugar que sirvió de prisión a Miguel de Cervantes y entre cuyas paredes dio inicio a su obra.
Se sabe que a comienzos del s. XVII la casa pertenecía a la influyente familia Medrano.
Ser considerada como la cuna del Quijote suscitó un gran interés por esta casa desde sus primeros tiempos. Prueba de ello es que en 1862 fue adquirida por el Infante Sebastián Gabriel de Borbón, prior de la Orden de San Juan, para fines culturales. Tras la muerte del Infante en 1875, la casa pasa a manos de la princesa viuda doña Mª Cristina de Borbón.
En 1905, año del III centenario de la primera parte del Quijote, el edificio sufre un devastador incendio que prácticamente lo reduce a ruinas. Sobre éstas se reconstruye una edificación de una sola planta. En 1970 la casa pasa a propiedad municipal y es declarada Monumento de Interés Histórico-Artístico, hoy, Bien de Interés Cultural.
En 1990, ante la situación de deterioro que sufre el edificio, se proyecta la rehabilitación que le otorga su actual apariencia. El nuevo edificio se inaugura el día 23 de abril de 1994, fecha conmemorativa de la muerte de Cervantes.
Como hemos dicho, la importancia de esta casa radica fundamentalmente en su cueva. Esta humilde y rústica cueva es el lugar que la tradición identifica como la prisión en la cual Miguel de Cervantes concibió y empezó a alumbrar su inmortal Don Quijote de la Mancha, lo que la convierte en una suerte de “santuario laico” de nuestra literatura del Siglo de Oro.
Entre sus dependencias, además de la cueva, podemos visitar una exposición del pintor valdepeñero Gregorio Prieto, compuesta por 17 obras de tema cervantino; un moderno corral de comedias con numerosos bustos de personajes del Quijote pertenecientes al escultor local Cayetano Hilario; la biblioteca municipal “Cervantes”; y la Oficina de Turismo.
Muy cerca está la Casa del Bachiller podremos admirar una casa típica castellano manchega, situada en el número 1 de la calle Académicos, en la que según la tradición vivió el Bachiller Sansón Carrasco, amigo de la familia del Quijote que aparece en varios pasajes del libro.
A apenas 15 km de Argamasilla, es obligado visitar el castillo y pantano de Peñarroya. El castillo está estratégicamente situado sobre un acantilado (hoy, presa del embalse) y juntos, fortaleza y pantano, forman una preciosa estampa como puerta de entrada del Parque Natural Lagunas de Ruidera.
Para adentrarnos en este sorprendente oasis, recomendamos cualquiera de las rutas para bici o senderismo que desgranamos en este viaje por el Parque.
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