Una propuesta para pernoctar en Hellín y realizar dos visitas cortas a escasos kilómetros, empezando temprano el viaje, con la idea de volver a Hellín para comer y dedicar la tarde a la ciudad.
Muy cerca de Hellín, a 10 km, tenemos uno de los cinco Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha: el Tolmo de Minateda, la ciudad trimilenaria. Se trata de un cerro que domina la encrucijada de caminos entre Murcia, Albacete y Alicante, hecho que ha provocado que sea un lugar habitado por tantas culturas que hoy nos permite entender la evolución del ser humano desde la Edad del Bronce hasta el siglo X d.C.
Las pinturas rupestres del Abrigo Grande de Minateda –la llamada Cueva de las Figuras– y los abrigos menores, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, representan uno de los discursos iconográficos y simbólicos más complejos del arte postpaleolítico del Arco Mediterráneo.
(Para completar la visita, de todos los hallazgos durante las excavaciones realizadas existe una interesante colección en el Museo Comarcal de Hellín.)
En el cercano volcán de Cancarix, las primeras horas de la mañana resaltan mucho mejor los volúmenes que nos interesan observar. Es conveniente utilizar calzado deportivo o de monte, así como sombrero y gafas de sol. Desde lejos veremos sus espectaculares escarpes verticales, unas estructuras y formaciones geológicas de gran importancia formadas tras el enfriamiento y agrietamiento de la roca volcánica.
Encontraremos una senda que ya de partida se bifurca en dos ramales, donde dejaremos el coche; el de la derecha nos lleva al pie del volcán. A la cima se accede a pie por una senda entre pinares, con el barranco de Santo Domingo a la izquierda. Si cruzamos toda la altiplanicie llegaremos al borde del acantilado, a la cima de las columnas basálticas que vimos desde la carretera y donde encontraremos un punto geodésico. Es el mejor momento para descansar y contemplar el paisaje.
De vuelta a Hellín, la oferta cultural es amplia: su origen árabe es aún visible en la trama urbana del casco antiguo, con calles estrechas y sinuosas, adarves o callejones ciegos. El castillo exhibe parte de su defensa en la parte alta; la pujanza de la Iglesia católica desde el Renacimiento queda patente en las iglesias, ermitas y conventos de la zona antigua (destaca la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, de estructura gótica con aportaciones renacentistas)... En el paseo, veremos algunas casonas hidalgas (las Casas Falcón, Salazar, del Conde o Perier, son ejemplos de viviendas señoriales del siglo XVII y XVIII) con patios interiores, detalles sobre puertas y ventanas de las fachadas, una elaborada rejería del siglo XVIII existente en gran parte de los balcones; el barrio tradicionalmente alfarero; el callejón del Beso, considerado actualmente la calle más estrecha de Hellín y en la que destaca la Casa Mascuñán del siglo XVI...
La Semana Santa en Hellín es Fiesta de Interés Turístico Internacional y la UNESCO ha declarado las tamboradas de Hellín Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Más de 20.000 personas, mayores y pequeños, redoblan sus tambores por las calles de la ciudad, ataviados con túnica negra y pañuelo rojo o negro al cuello. Los visitantes pueden participar de forma activa en estas tamboradas, disfrutando de un ambiente único y de un sonido que marcará el recuerdo de su paso por la ciudad.
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