Una de las rutas de senderismo más bonitas que se pueden hacer en la provincia de Albacete es la subida al Pico del Padrastro, en Bogarra. Es un recorrido perfecto para disfrutar de la naturaleza, con la exigencia justa para alguien acostumbrado a andar pero asequible para alguien no muy experimentado.

Aúna estrechos senderos y sendas bien definidas, bosques frondosos, agua, amplios paisajes de montaña, fauna y unas vistas espectaculares desde uno de los techos de la provincia. El Padrastro es la segunda montaña en altura de la provincia, por detrás del Pico Almenara. Llegaremos hasta los 1.503 metros de altitud desde los 800 de Bogarra, así que superaremos un considerable desnivel de 700 metros.

La ruta circular es de alrededor de 16 kilómetros.

Deberemos contar con un mínimo 5 horas desde el punto de partida.

Hay que ir provistos de un buen calzado para caminar entre rocas, ramas, piedras sueltas.

Comenzamos nuestro camino en la plaza del Cabezuelo del pueblo. Callejeando por la calle San Blas llegamos al puente del Kas, sobre el río Bogarra, en cuya ribera se inicia un agradable sendero con barandillas y paneles explicativos.

Esta primera parte del camino transcurre en terreno llano, sin ninguna complicación, pero con un atractivo añadido: nos encontramos con numerosas figuras talladas, algunas en madera y otras en roca. Y es que compartimos estos primeros metros de trayecto con la Ruta de las Esculturas, una preciosa ruta familiar de 6 kilómetros que une el casco urbano del pueblo y el paraje del Batán, a lo largo del sendero de la Hoz del río Madera o Bogarra. Tenéis más detalles aquí.

Cuando llevamos aproximadamente un kilómetro encontraremos un cruce en forma de Y que tomaremos a la izquierda, en ascenso, alejándonos del río. La inclinación empieza a ser considerable por un camino de unos 4 kilómetros cada vez más serpenteante. Nos rodea un denso bosque de pino resinero.

Llegamos hasta el collado de Vado Morote, que separa el Padrastro del cerro Picayo.

Pronto tenemos al alcance la cumbre, pero es inexpugnable desde aquí. La pista remonta todo este lado, haciendo zetas y por fuertes pendientes, durante 2 kilómetros, hasta el Cortijo del Padrastro, y, desde allí, una última subida hasta el vértice geodésico del Padrastro, a 1.503 metros.

Llegados a la cima tendremos la recompensa de unas estupendas vistas del Calar del Mundo y La Sima, la cuenca del río Mundo, la Sierra de Alcaraz y toda la zona sur de Albacete, montañas como el Padroncillo, Almenara e infinidad de picos de nuestra provincia e incluso de otras aledañas como la Atalaya, Almorchón y sierra del Oro.

El descenso se hace por pista hasta el Collado de las Crucetas, donde, a la derecha, tomamos una senda que discurre por la rambla y que llega hasta un camino. A unos 600 m volvemos a girar a la derecha para alcanzar el nacimiento del arroyo del Batán, un oasis de vegetación y agua. Hasta aquí trae la anteriormente mencionada Ruta de las Esculturas. El entorno es precioso y el camino muy entretenido, por un cañón muy estrecho que incluso nos obliga a trepar sin usar las manos por las paredes que nos cierran el paso.