La tradición minera de Puertollano se palpa nada más llegar. El castillete de Santa María recibe a sus visitantes a la entrada de la ciudad y el Monumento al Minero, una escultura de bronce de 17 metros lo vigila todo en lo alto del cerro de Santa Ana, desde donde obtendremos una fantástica panorámica de la ciudad y su entorno. El Museo de la Minería, un edificio que envuelve un antiguo castillete y que simula un taller de selección de carbón, aborda la transformación de Puertollano en ciudad industrial debido al descubrimiento de carbón.
En la ciudad, su principal joya histórica es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuyos orígenes se fechan en el siglo XVI. Pero no hay nada como sentir el latir de la ciudad recorriendo su corazón: el Paseo de San Gregorio, jardín Botánico del s. XIX. Este espacio cuenta con los edificios y construcciones más emblemáticos de Puertollano: la Fuente Agria, la Casa de Baños (actual Conservatorio y Oficina de Turismo) y la Ermita de la Virgen de Gracia.
En 2018 se inaugura el Museo Cristina García Rodero, que alberga una muestra de 300 obras de diversos autores, incluidas las 185 instantáneas de la exposición 'Los rituales de Haití' de la prestigiosa fotógrafa puertollanera, miembro de la Agencia Magnum y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Desde Puertollano, en sentido Córdoba por la N-420, se recorre el sector central del Parque Natural de norte a sur, atravesando el Valle de Alcudia y, posteriormente, Sierra Madrona, llegando en su límite más meridional al pueblo de Fuencaliente. Ese trayecto en coche, aun sin paradas, es ya en sí mismo un placer para la vista. Estos espacios acogen una interesante diversidad faunística, existen cerca de 300 especies de vertebrados, 6 de ellas catalogadas en peligro de extinción, como el buitre negro, el águila imperial ibérica, águila perdicera o la cigüeña negra. Podremos observarlas fácilmente sobrevolando el cielo.
Proponemos como primera parada la cervantina “Venta de la Inés”, un breve desvío en el camino: en el antiguo camino Real de Toledo a Andalucía o camino Real de la Plata se encuentra la misma venta que menciona Miguel de Cervantes en su Rinconete y Cortadillo. Sobreviven algunas dependencias claramente identificables: cocina, cuadras y patio.
Desandando camino brevemente, de nuevo hacia Fuencaliente, paremos en el mirador del puerto de Niefla, donde tendremos una excelente vista y una interpretación paisajística del valle del Montoro y Robledillo. En lo alto del mismo puerto, una visita original: la microrreserva de murciélagos del túnel de Niefla es el refugio invernal de murciélagos más importante de Castilla-La Mancha y uno de los mejores de Europa, especialmente para el murciélago mediano de herradura.
Siguiente parada, un pueblo que parece haberse congelado en el tiempo: el antiguo pueblo minero de Minas del Horcajo. Su único acceso es a través de un impresionante túnel de 1 km cuyas luces debemos accionar pulsando un interruptor a la entrada y regulado mediante un semáforo, ya que sólo cabe un vehículo. La explotación y poblado minero de Minas del Horcajo fue el segundo yacimiento en importancia de toda la comarca del Valle de Alcudia.Tan ingente actividad minera desaparecía en el año 1963 y, con ella, prácticamente la de un pueblo que llegó a tener hasta 1876 habitantes. En la actualidad, las únicas edificaciones que se mantienen en pie son la iglesia de San Juan Bautista, algunos castilletes de mampostería y algunas instalaciones de lavaderos y talleres.
Por fin llegamos a Fuencaliente, bello y pintoresco pueblo al límite entre Ciudad Real y Córdoba. El pueblo debe su origen a un manantial de aguas termales de curativas propiedades que nace debajo de la iglesia (aún podemos comprobarlo en su balneario). Numerosos son los restos prehistóricos encontrados, pero son las pinturas rupestres los más significativos, con un total de doce yacimientos registrados.
Dos son las visitas imprescindibles: Peña Escrita y La Batanera.
Peña Escrita se localiza a unos 3 km de Fuencaliente, en la ladera sur de la Sierra de Hornilleros. Se trata de un murallón de paredes quebradas desde donde se divisan el pueblo de Fuencaliente y la sierra y las pinturas de la Serrezuela.
En un hermoso paraje a unos 4 km del pueblo existe un perfecto sitio de baño y ocio. Actualmente, un sendero de 1,5 km entre puentes y pasarelas por el río Cereceda nos conduce hasta la Chorrera de los Batanes, famosa cascada donde sitúa Cervantes el episodio de la aventura de los Batanes en El Quijote; y donde encontraremos las pinturas rupestres de la Batanera.
Por último, una recomendación. Si en nuestra excursión nos coge la noche, miremos al cielo y observemos el espectáculo: estamos en una de las zonas con menos contaminación lumínica de la región.
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