A sólo 36 km de Cuenca y muy cerca de la Ciudad Encantada, ya en la Serranía Media, está Uña, sobre una colina entre la Laguna del mismo nombre y el río Júcar. Uña ofrece, sobre todo, un paisaje digno de admiración.

En el pueblo, en las calles del Horno y de las Fraguas podremos ver viviendas populares de gran belleza. Dos edificios religiosos destacan entre todas las construcciones: la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, construida en el siglo XIII y restaurada en el XVI; y la ermita de la Virgen del Espinar, curiosa construcción cubierta por roca y vegetación a la que se llega por un pequeño sendero pasado el mirador de la laguna.

Pero es el entorno natural lo que hace de Uña un lugar especial. El sendero homologado PR-CU 37 –que sigue el mismo camino que nos llevó hasta la ermita– es la mejor opción para disfrutarlo en todo su esplendor. De dificultad media, afronta unas pendientes considerables por estrechas sendas y pasos. El trazado bordea la laguna y sube para asomarse a un vacío sobre el agua, ofreciendo unas vistas panorámicas impresionantes.

Circular

Dificultad: media

Distancia: 9 Km

Tiempo estimado: 2:30 h

Desde Uña, dejando siempre la laguna a nuestra izquierda, nos dirigimos a un primer mirador con unas estupendas vistas. Al poco llegamos al denominado Escalerón por un sinuoso tramo de pendiente considerable que desemboca en una pista forestal que discurre por los cortados. Desde aquí arriba, la panorámica es impresionante. Se nos ofrece ante los ojos todo el pueblo de Uña, la totalidad de la laguna, los cortados circundantes… El camino denominado La Raya atraviesa los cortados de vuelta al pueblo.

A pocos kilómetros de Uña se encuentra el embalse de La Toba, apto para el baño en los meses de verano e ideal para actividades como la pesca y el turismo activo.