La Ribera del Jarama es un territorio situado al oeste de la provincia de Guadalajara, ya lindando con la de Madrid, entre el río Jarama y el Sorbe, entre la Campiña y la Sierra Norte de Guadalajara. Sirven de frontera a estas tierras el pico Almiruete (1.506 metros)  y las estribaciones de la Sierra del Ocejón al norte; al oeste, la sierra de la Puebla; el Santotis (1.560 metros) al este y la muela de Alarilla y la extensa planicie de la Campiña al sur.

Una variada vegetación de encinares, robledales, quejigares, sabinares, fresnedas y pinares viste La Ribera; las aguas del Jarama la riegan de norte a sur.

Pero si algo marca la diferencia y llama la atención en la geografía de La Ribera es una franja de intenso color rojo y 8 kilómetros de ancho que la atraviesa de este a oeste, desde el Sorbe hasta la vega del Jarama.

Una cicatriz en la tierra que se abre formando cárcavas y barrancos espectaculares, como las Pequeñas Médulas, la Hoya del Santo y las cárcavas de Retiendas.

Ese tono rojizo que adquiere la arcilla con alto contenido en hierro es sello de identidad de estos paisajes. La arcilla, mezclada con paja para hacer ladrillos, daba también el color característico en las casas de los pueblos de la franja.

Puebla de Valles, La Mierla y Retiendas son conocidos como “los pueblos coloraos” de La Ribera. Proponemos un viaje en coche de apenas 20 kilómetros para visitarlos y empaparnos de unas tierras muy poco habitadas y apenas conocidas. Pero tremendamente hermosas.

Partimos de Retiendas, un pequeño pero acogedor pueblo sobre una ladera. Un paseo por la arteria principal del casco urbano (calle Mayor) nos permite apreciar las casas que muestran esa arquitectura típica de la zona. La iglesia parroquial, en la zona más alta del pueblo, guarda tallas del monasterio entre las que destaca la Virgen Blanca, de estilo gótico. Unas indicaciones que nos llevarán hasta el parking gratuito del Monasterio de Bonaval, donde podemos iniciar una interesante ruta de senderismo.

Puebla de Valles, en el centro de La Ribera, es el más genuino representante de estos paisajes. Se levanta escondido en las laderas de unas espectaculares cárcavas y cerca de las orillas del Jarama, en un paraje realmente hermoso. Uno de los lugares más bellos de Guadalajara. Las vistas del conjunto desde la carretera y el mirador del Mego merecen ya la visita.

Finalmente, La Mierla, junto al embalse de Beleña, es un pequeño pueblo señorial que aparece como de la nada en mitad de la cicatriz terrestre, entre cárcavas y pinos. En el agradable paseo por el conjunto urbano destacan la torre de la iglesia, la fuente medieval y la ermita de la Soledad.