La Ruta de la Dehesa de los Olmos (Sendero PR-CU 104) es una preciosa senda que transcurre por el interior del Parque Natural de la Serranía de Cuenca: estamos en el corazón de la Serranía, alejados de poblaciones y carreteras, a 20 minutos en coche de lugares tan emblemáticos como el Parque Cinegético Experimental de El Hosquillo o Los Callejones de La Majadas.

No hay poblaciones ni fuentes cercanas, así que hay que tenerlo en cuenta a la hora de iniciar el trayecto.

Esta ruta tiene 2 posibles recorridos, ambos con salida y llegada en Fuente de la Tía Perra y dificultad media:

• largo, 13 km, 4:30 horas, dificultad media
• corto, 4,5 km, 1:30 horas, fácil

La ruta nos muestra el bosque diverso y representativo del Parque Natural: pino, sabina, quejigo y la denominada zona adehesada de la Dehesa de los Olmos, plagada de arces.

Para comenzar, aparcamos el coche en el área recreativa de la Fuente de la tía Perra, donde hay paneles informativos sobre la ruta. El camino se encuentra bien señalizado.

Apenas a 500 m dejamos atrás las antiguas casas forestales del Cerviñuelo y nos adentramos en el bosque, tropezando aquí y allá con abrevaderos para el ganado; sobre todo en época de lluvias, el agua mana libremente en varios rincones. No sería de extrañar toparse con ciervos o incluso algún jabalí, debemos andar en silencio y atentos.

Sobre el paraje denominado La Muela encontramos un ecosistema derivado del bosque mediterráneo llamado “dehesa”, es una formación arbórea abierta constituida por llamativos arces y espectaculares quejigos.

Por el camino encontraremos simas y ramblas. En los restos abandonados de la casa de los Olmos aún encontramos algunos ejemplares de viejos olmos secos. Aquí está el mirador de las Librerías –llamado así por la forma de “pila de libros” que asemejan las calizas tableadas– que se asoma al río Trabaque: si te gusta la fotografía, te recomendamos llevar cámara para inmortalizar estos paisajes. 

La dehesa por la que continúa nuestro camino está plagada de árboles: robles quejigos, sabinas, encinas… pero entre todos destacan los ejemplares de arce de Montpellier y algunos acebos de gran tamaño. Estamos quizás en la mejor arceda de la Serranía de Cuenca y posiblemente de muchos kilómetros a la redonda.

Entre amplias dehesas, la pista por la “cañada espinosa” nos devuelve al punto de partida.