En el corazón de la capital conquense, en pleno centro de su espectacular casco histórico, abre sus puertas el Hotel Convento Giraldo. El establecimiento forma parte de la red de Hospederías de Castilla-La Mancha que agrupa establecimientos hoteleros de 3 a 5 estrellas, ubicados en edificios con altos estándares de calidad en su arquitectura, de corte tradicional, sin renunciar a los más modernos elementos en sus instalaciones, y situados en entornos de gran valor paisajístico, monumental o natural. El viajero disfrutará, en estos remansos privilegiados preparados para el goce y el descanso, de una alta calidad de equipamientos, un servicio dedicado y una eficaz gestión profesional, posicionándose como punta de lanza de la oferta hostelera de Castilla-La Mancha.

Ese alto nivel de calidad, singularidad y excelencia lo descubre el viajero nada más acercarse al edificio que alberga el Hotel Convento Giraldo, situado a pocos metros de la Catedral y de la plaza Mayor, en la calle más señorial del casco antiguo de Cuenca y con unas vistas únicas sobre la vertiginosa hoz que durante millones de años han labrado las aguas del río Huécar.

El hotel ocupa una casa palaciega del siglo XVII cuidadosamente restaurado que combina el confort y las modernas tecnologías con elementos arquitectónicos originales de la época y una decoración exquisita. Sus 34 habitaciones se caracterizan por su decoración cálida y mágica.

En su restaurante, la cuidada carta permite disfrutar de la sabrosa gastronomía conquense elaborada a partir de materias primas de primera calidad. Un establecimiento que encarna el espíritu de la ciudad, y que es una viva expresión de su historia, de su entorno y de su cultura.

El viajero se encuentra en un punto de partida perfecto para pasear por las estrechas callejuelas y las plazoletas de Cuenca, declarada Patrimonio de la Humanidad, cuya visita es todo un descubrimiento en el que se dan la mano historia, naturaleza, arte, modernidad y encanto, mucho encanto. Estamos ante uno de los conjuntos arquitectónicos más bellos de España, a lo que se une su privilegiado y espectacular emplazamiento, con buena parte de su casco histórico asomado a las hoces de los ríos Huécar y Júcar.

Sin duda la ciudad merece una visita pausada y perderse por su laberíntico urbanismo. En nuestro paseo encontramos casonas, antiguos palacios, lienzos de murallas, iglesias, conventos, museos, miradores… Nos sorprenden la Catedral de Nuestra Señora de Gracia, las iglesias de San Pedro, San Martín, El Salvador, San Antón, San Miguel, San Nicolás o la de los Franciscanos Descalzos; conventos como los de las Angélicas, de la Concepción Franciscana, de las Petras o de las Blancas; o la Torre Mangana, cuyo reloj lleva siglos marcando el tiempo a los conquenses.

La oferta museística es impresionante. En sus famosas Casas Colgadas –imprescindible contemplarlas desde el Puente de San Pablo– abre sus puertas el Museo de Arte Abstracto Español; en el antiguo Palacio de Girón y Cañizares se ubica el Museo de la Semana Santa; Casa Zavala es sede de la Fundación Antonio Saura; no conviene pasar por alto la visita a las salas de la Fundación Antonio Pérez, al didáctico Museo de las Ciencias o al sorprendente Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha.