Con sus 1.419 metros de altura, el pico Peñafiel es la tercera cima de los Montes de Toledo por detrás de las cumbres más conocidas del Rocigalgo (1.447) y de Corral de Cantos (1.421). La ruta hasta este peñasco rocoso, desde la que se divisa una impresionante panorámica, es un agradable paseo de unas cuatro horas de duración y 11 kilómetros (ida y vuelta) de escasa dificultad, aunque en su tramo final la vegetación cubre en ocasiones la senda de acceso.
El punto de partida se sitúa en el puerto del Lanchar, situado a 6 kilómetros por la carretera que une San Pablo de Montes con el caserío del Avellanar. La carretera sube entre bosques de robles y fincas para el ganado y, justo al coronar el puerto, a mano derecha, encontraremos una zona donde podemos dejar el coche y empezar a disfrutar de las vistas. Hacia el oeste se divisa la cumbre granítica de nuestro objetivo.
Hay que descender unos 200 metros por el asfalto en dirección sur para tomar la pista de tierra que sale a nuestra izquierda. Estamos en el camino de la Hiruela al Molinillo por el que, tras 500 metros, alcanzaremos una puerta cerrada al tráfico que franquearemos por un torno situado junto a ella.
El camino, en suave ascensión, discurre a la sobra de robles rebollos y pinos. Cruzaremos el arroyo del Trampal de la Hiruela con agua durante el invierno y la primavera, pero normalmente seco durante los meses más caluroso. En el kilómetro 2,8 de la ruta alcanzamos un collado y una bifurcación que debemos tomar a la izquierda continuando nuestra subida. Desde aquí ya empezamos a intuir las espectaculares vistas que nos aguardan en nuestro objetivo cuyo vértice geodésico se adivina recortado en las peñas de la cima.
La ruta continúa ascendiendo en dirección noreste flaqueada por jarales y un espeso robledal. A nuestra izquierda se extienden las dehesas y entre los encinares se alcanza a ver el palacio de El Sotillo, y, a nuestra derecha, cada vez más cerca, los farallones rocosos de nuestro objetivo.
El camino alcanza un pequeño collado a 1.300 metros de altura. En este punto hay que abandonar el camino y seguir a la derecha por la cuerda. El senda poco marcada y la vegetación baja ralentizan la marcha en este tramos final. Sin perder la cuerda y tras sortear algunos resaltes rocoso alcanzamos el vértice geodésico que marca los 1.419 metros del Pico Peñafiel.
Las vistas desde este punto son impresionantes. Hacia el sur vemos el pantano de La Torre de Abraham y las rañas y serranías que conforman el Parque Nacional de Cabañeros; hacia el oeste se adivinan la silueta de la Sierra de Gredos y hacia el norte, en los días claros, las sierra madrileña de Guadarrama. Será fácil distinguir en el los cielos el vuelo majestuoso de buitres leonados o, con un poco de suerte, algún águila real; tampoco sería raro toparnos con algún ciervo o corzo habituales en estos montes.
La vuelta se realiza por el mismo camino. Es recomendable realizar la ruta evitando los meses estivales, cuando el calor aprieta, llevar agua y calzado adecuado. Para reponer fuerzas nada mejor que acercarse a alguno de los establecimientos hosteleros que en San Pablo de los Montes ofrecen una rica gastronomía monteña.
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