“Empieza la carretera a escalar un trozo de sierra, que tapa su calvicie con flores de jara, enebros y arbustillos montañeses. Entre el árbol y el agua van dulcificando un poco la angustia del paisaje castellano. Al final de la cuesta, y sobre una explanada protegida por los montes, hay una aldea dispersa, humilde, de casas tan chatas y limpias, que más bien parecen palomas picoteando en los huertos. Este corro de chocitas blancas, cuyo atrio es siempre un verde alfombrín de fronda, se llama Hontanar…”. Así describía Félix Urabayen su llegada a la Hontanar en su Serenata Lírica a la vieja ciudad. Corría el año 1928.
Hoy, este rincón del sur de la provincia, mantiene el encanto de su privilegiado entorno natural en el corazón de los Montes de Toledo. Buena parte del territorio municipal queda enclavado en los límites del Parque Nacional de Cabañeros.
El caserío, menudo y disperso, se abre en un precioso valle rodeado de sierras y peñascos donde anidan buitres y rapaces. En las laderas abundan robles, alcornoques, acebos, madroños, brezos, encinas, tejos, quejigos, olivos, almendros y castaños; y se respira el aroma de tomillo, orégano, mejorana, orquídeas y jaras –con su mar de flores blancas durante la primavera.
Recorrer la zona a pie o en bici de montaña es una magnífica opción para disfrutar plenamente del encanto natural que ofrece Hontanar.
Hay rutas muy variadas y para todos los niveles. El camino desde los depósitos de agua del pueblo hasta el Collado de la Madroña –desde donde se tienen unas preciosas vistas del entorno– es una senda de menos de 2 kilómetros –ida– apta para todos los públicos. Algo más larga –unos 7 kilómetros– se presenta la Ruta de los Porches que recorre la parte baja del valle y un precioso robledal. Ambas se pueden alargar en busca de la chorrera de las Lanchas.
Más ambiciosa –cerca de 20 kilómetros– es la subida a Corral de Cantos, el segundo pico más alto de la provincia de Toledo con sus 1.419 metros. Las vistas desde la torre de vigilancia que se levanta en la cima son espectaculares. En esta ruta tenemos la opción de subir al Pico de la Sombrerera desde el que se tienen una espléndida panorámica del valle del Tajo y la Sierra de Gredos como telón de fondo.
Otra opción, para hacer en coche o en bici, es tomar la carretera CM-4157 para alcanzar el Risco de las Paradas desde donde se tienen unas fantásticas vistas de las sierras de Cabañeros y del valle del río Estena.
Muy cerca se encuentra la coqueta Ermita de la Milagra en Navahermosa, con una amplia zona de picnic, o el cercano yacimiento arqueológico de Malamoneda que se extiende por un bello paraje de bosque mediterráneo y que nos brinda un viaje desde el Paleolítico hasta la Edad Media, pasando por el mundo hispanorromano, visigodo y musulmán con una necrópolis con más de 100 sepulcros tallados en roca.
Y para rematar la jornada por estas tierras de Hontanar nada mejor que deleitarse con la rica gastronomía de la zona o, durante los meses de verano, disfrutar de la increíble ubicación y magníficas vistas de la piscina municipal.
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