Al norte de la provincia de Guadalajara, en la zona de Somolinos, se encuentra una de las lagunas más bonitas de toda la provincia: la Laguna de Somolinos. Se sitúa al pie de la Sierra de Pela, un páramo que se eleva hasta sobrepasar los 1.500 m de altitud y que sirve de unión entre el Sistema Central y el Sistema Ibérico. Juntos, sierra y laguna constituyen el denominado Monumento Natural Sierra de Pela y Laguna de Somolinos.
En la ruta que proponemos, un poco más arriba de la laguna, el río Bornova nace en un lugar llamado Manadero del Bornova, brotando del suelo como por arte de magia; atravesaremos barrancos, parameras solitarias, ascenderemos al alto del Portillo y, probablemente, lucharemos contra el viento. El clima es de montaña: ventoso y frío en invierno, extremadamente seco en verano.
Para cualquier actividad de senderismo en montaña, lo primero siempre es ver la predicción del tiempo. Puedes consultarlo aquí.
La ruta tiene 11 km, entre 4-5 horas de duración y comienza y acaba en Somolinos
A la salida del pueblo hacia el norte, al lado de la carretera nacional, encontramos un panel indicativo de inicio de la ruta.
Es probable que los buitres leonados ya sobrevuelen nuestras cabezas en el mismo pueblo. También habitan la zona rapaces como el águila real y el alimoche. En el humedal de la laguna crecen abundantes plantas acuáticas, aprovechadas por aves como el zampullín chico, la polla de agua y la garza real, además de numerosos mamíferos y anfibios en sus orillas o reptiles como el galápago europeo.
Rodeando la laguna por el sendero que la circunda llegamos a un pequeño desvío hacia una chimenea de una antigua mina. Puedes subir para ver la vistas de la laguna desde esta chimenea.
Salimos a la carretera dejando la laguna atrás y empezamos a ir hacia el Manadero del Bornova, perfectamente indicado. Tras 1 km habremos llegado al nacimiento del Bornova, ideal para hacer un pequeño descanso.
Regresando al cartel indicativo anterior, nos dirigimos camino del Alto del Portillo, un sendero entre barrancos de aproximadamente una hora y media de trayecto. La parte final de la subida al Alto del Portillo está marcada con hitos. Tras aproximadamente dos horas y media, haremos cumbre y tendremos la recompensa de unas vistas maravillosas.
Se baja a Somolinos por la parte norte, más escarpada que la subida, siguiendo siempre las indicaciones. Esta bajada es inicialmente pedregosa, está marcada con palos y paneles indicativos, y es realmente bella; atravesamos el barranco del Tejo, entre quercus, encinas y la compañía del agua del arroyo.
Si nos quedan ganas y tiempo, recomendamos dedicar un rato a las joyas románicas cercanas. En un pequeño recorrido circular de 40 km tenemos la ocasión de acercarnos a Campisábalos, donde nos espera la iglesia de San Bartolomé con la capilla de San Galindo y su friso horizontal, único en su género y que representa el tema iconográfico de los meses del año según las faenas agrícolas.
En Galve del Sorbe, su impresionante castillo, que destaca por su gran torre del homenaje, su gran riqueza arquitectónica y su dominio visual del valle del Sorbe y la Sierra de Pela.
Por último, la iglesia de Santa Coloma de Albendiego, una de las más imponentes del románico de Guadalajara y situada en un precioso entorno; destaca su exquisita cabecera y el interior del ábside principal, cuyos ventanales filtran los rayos del sol configurando un bello juego de luces.
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