Cañamares es un municipio situado en el límite natural entre la Alcarria y la Serranía. Lo recorre el río Escabas, que forma dos grandes hoces, una hacia Fuertescusa y otra después hacia Priego, dejando a Cañamares en un valle.

En Cañamares son famosos los mares de mimbres de sus paisajes, que se alternan con los maravillosos parajes que orada el río Escabas a su paso por el municipio. El pueblo dispone de múltiples puntos de baño, playas naturales rodeadas por montañas y espectaculares vistas. 

Todo ello hace de ésta una zona ideal para el senderismo. De entre todas las rutas que hay por la zona, recomendamos un paseo de unas dos horas por la vecina localidad de Puente de Vadillos.

El sendero PR-CU 92 es un espectacular sendero lineal que se puede realizar con niños y en bici; unas dos horas por una senda amplia, bajo un frondoso bosque, recorre los 9 km que hay desde Puente de Vadillos hasta el embalse de Chincha, pasando por la cueva de la Sierpe, en uno de los recorridos más hermosos del extremo norte de la Serranía de Cuenca.

El trazado sale de la población en dirección noroeste bordeando las aguas del río Cuervo por su margen derecha. Enseguida llegaremos a la Cueva de la Sierpe –así llamada por el serpenteo del río a su altura–. Es una amplia cavidad de unos 10.000 m² en cuyo interior se guardaba ganado.

Antes de llegar a la tinada de la Tía Cleta –restos de una antigua majada de ganado– habremos cambiado de término municipal, Carrascosa de la Sierra.

Entre la tranquilidad del camino seguramente escucharemos el ruido de los zampullines, las fochas o de alguna de las numerosas aves acuáticas del embalse, aparte de pájaros de pequeño tamaño que viven en las orillas.

Pronto llegaremos a la presa, terminada en 1947. El estrecho paso de roca caliza que aprovecha la construcción de la presa es singular y de gran belleza. El embalse va a desembocar en la Hoz de Tragavivos, la más inhóspita y bella de toda la comarca. Desde la presa se retorna a Puente de Vadillos por el mismo camino.