Esta ruta se adentra en Sierra Morena partiendo desde la sierra de la Atalaya de Calzada de Calatrava, frontera natural entre la meseta castellanomanchega y Andalucía. Nos sorprenderán sierras y cerros cuarcíticos con imponentes crestones y paredones que fueron aprovechados para la construcción de dos impresionantes fortalezas defensivas: castillos de Salvatierra y Calatrava la Nueva. Más hacia el sur, continuamos hasta las cercanías del valle de Alcudia, siguiendo al río Ojailén, hasta lugares recónditos de gran valor ambiental, a orillas del río Fresnedas y su profunda hoz.
Al igual que buena parte de los municipios del Campo de Calatrava, Calzada cuenta dentro de su vasto término con numerosas afloraciones volcánicas. De entre todas ellas llama la atención el volcán La Atalaya. Su ubicación, a 1118 m de altura, lo convierte en uno de los más elevados de la zona. La sierra en que se halla, la también denominada sierra de la Atalaya, funciona como un eje que divide dos partes claramente diferenciadas: la zona norte, de superficie suave con tendencia a la llanura, y la zona sur, más abrupta y accidentada que se despliega hasta la sierra de San Lorenzo.
El camino que rodea la sierra parte unos 300 metros antes que el que sube al castillo de Calatrava. Puede seguirse la longitud que se desee.
Arriba, desde mucho antes de llegar, llamarán nuestra atención dos siluetas que flanquean la carretera a ambos lados: la del Castillo-Convento de Calatrava la Nueva y la del castillo de Salvatierra.
El Sacro Convento y Castillo de Calatrava La Nueva es una impresionante fortaleza edificada en el siglo XIII como sede de la Orden de Calatrava. Con más de 45.000 m2, fue erigida para ser la gran sede de la orden, sustituyendo la ciudad de Calatrava la Vieja. Su iglesia, convento, hospedería puebla y recinto externo, rodeado de fortificaciones, formaron una auténtica ciudad fortificada medieval. Los caballeros calatravos defendieron su propiedad frente a los musulmanes del cercano castillo de Salvatierra. Aunque fue fortaleza de la edad del bronce, visigoda, y hay noticias de su uso por Nuño de Lara en el s. XII, tendría su gran apogeo a partir de la batalla de las Navas de Tolosa.
Hoy podemos recorrer sus caminos, las dependencias del castillo -patios, torres, escaleras-, y un aljibe. Además, su convento del siglo XIII conserva una gran puerta con rosetón, la de la Estrella, la sala capitular, refectorio y cocinas, además del cementerio. Las zonas auxiliares de artesanos, hospedajes, cuadras y bodegas completan este magnífico retrato de la vida en la edad media.
Más información en http://www.castillodecalatrava.org
Enfrente, el castillo de Salvatierra.
Existe un acceso directo desde la carretera por un camino llamado de la Bodega, que empalma con el llamado camino del Castillo, el cual desemboca en la cara sur de la fortaleza, quedando restos del antiguo camino. Salvatierra es la oportunidad de disfrutar de un excelente observatorio militar, a los pies del cerro de La Atalaya antes rodeado de otras pequeñas fortificaciones como Castilviejo. Los romanos ya lo usaron para vigilar el paso de gentes por su calzada, entre Córdoba y Toledo, centros neurálgicos de Hispania. Después, cristianos y musulmanes se lo disputarían para garantizar el paso de sus ejércitos, en ambos casos para invadir el territorio vecino.
El origen del castillo radica en la anterior existencia de una de las torres de vigilancia que flanqueaban una calzada romana que recorría la comarca, y sobre la que los musulmanes construyeron una fortaleza. Se estima que su primera construcción por los musulmanes data de los años 850-60, y en un principio sirvió para control entre los reinos árabes, aunque su papel más relevante lo adquirió como controlador del paso de Sierra Morena y el Puerto del Muradal, a finales del siglo XII y principios del XIII, cuando el avance cristiano pone en peligro la hegemonía de los musulmanes.
A partir de este momento, Salvatierra será el centro de atención tanto para cristianos como para musulmanes. Para los cristianos era un excelente observatorio militar que estaba rodeado de otras pequeñas fortificaciones cercanas como la de Castilviejo, y para los musulmanes por el control del posible acceso de fuerzas cristianas hacia Al-Andalus.
Volviendo sobre nuestros pasos, nos dirigimos hacia la hoz del río Fresnedas, a 15 kilómetros al sur de Calzada de Calatrava. El Paraje natural de la Hoz es rico en vegetación típica del monte mediterráneo y una sorpresa para la vista por su orografía escarpada y su vegetación.
Llegamos en coche hasta la misma hoz del Fresnedas por la carretera CR-5041. A la altura de la Ermita de la Virgen de Valverde hay una área recreativa donde podemos estacionar. Desde allí, podemos aventurarnos durante unos kilómetros al interior de la hoz. Aguas abajo por la orilla izquierda, el valle se encaja progresivamente. La vegetación natural va tomando más importancia, creciendo encinares con acebuches y enebros, más tupidos en los lugares con más suelo y menos entre las pedrizas y roquedos. En el interior del estrecho, imponentes paredones de cuarcita se cierran sobre el río. Las vistas son impresionantes. Al sur asoma el Valle de Alcudia.
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