Entre el Campo de Calatrava y las sierras de Puertollano y San Andrés, en las primeras estribaciones de Sierra Morena, se encuentra Calzada de Calatrava.

Al igual que buena parte de los municipios de esta comarca, Calzada cuenta dentro de su vasto término con numerosas afloraciones volcánicas, conocidas bajo el nombre de La Atalaya, El Corralón, Salvatierra, Las Yeguas, El Padrón, El Cabezuelo, El Pardo, Los Tontos y Cerrillos Morenos. De entre todas ellas llama especialmente la atención la de La Atalaya, volcán que parte de una erupción fisural o de baja explosividad, al desengancharse los flancos de los pliegues, dando lugar a un importante manto de basalto tal y como se aprecia en su ladera. Su ubicación a 1.118 m de altura lo convierte en uno de los más elevados de la zona.

Desde el pueblo se divisan las siluetas de los imponentes castillos de Salvatierra y Calatrava La Nueva. Durante época islámica, el castillo de Salvatierra servía para proteger una de las vías de comunicación más importantes entre Toledo y Córdoba. El nacimiento de la actual población está en relación directa con los procesos de repoblación por parte de la Orden de Calatrava, tras la ocupación del territorio después las Navas de Tolosa, en 1212, y el traslado de la Orden a su nueva sede del Sacro Convento Castillo de Calatrava la Nueva a partir de 1217.

La disposición de sus calles todavía muestra en algunas zonas aquel pasado medieval. La plaza es el centro neurálgico del pueblo y alberga los edificios más importantes. En ella se encuentra el Ayuntamiento, edificio de finales del XIX en el que destaca la torre del reloj decorada con una interesante obra de forja. La fachada de la antigua Hospedería de los Caballeros, en la calle empedrada, presume de su portada adintelada y el escudo de la Orden de Calatrava.

En su arquitectura religiosa destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de principios del XVII, conserva de su fundación el crucero. El resto del edificio es ampliación de 1926. Se conservan en el presbiterio 7 cuadros procedentes de un retablo de la 2ª mitad del siglo XVI, obras del toledano Juan Correa de Vivar. Están realizadas en óleo sobre tabla con magníficos marcos tallados. Representan la vida de Cristo: La Anunciación (ovalado), La Visitación (ovalado), Presentación de Jesús en el Templo, Jesús entre los doctores, Jesús camino del Calvario, La Piedad, Entierro de Cristo.

A las afueras del pueblo, hacia Almagro, la Ermita del Salvador del Mundo, sede del patrón de la localidad, contiene una tabla ovalada representando La Oración en el Huerto, del famoso pintor Juan Correa de Vivar. La iglesia es del XVI aunque se reconstruyó a partir de 1760 con la misma planta de cruz latina, tiene una única nave y crucero abierto por cúpula.

Entre el patrimonio de Calzada se pueden apreciar también los restos del desamortizado Convento de los Padres Capuchinos, del siglo XVIII, actualmente utilizado como lugar de encuentro en la Semana Santa; la Hospedería de los Caballeros, con portada adintelada con el escudo de Calatrava del siglo XVII; y la Casa de la Tercia del XVII.

Más allá de su historia y su entorno, Calzada de Calatrava ha adquirido nombre y fama por ser aquí donde nació Pedro Almodóvar. De ello queda constancia en diversos sitios. En el Centro Cultural Rafael Serrano, junto a la Oficina de Turismo, encontramos el espacio Pedro Almodóvar en el que, a modo de museo cinematográfico, se expone diverso material relacionado con el autor, su imaginario y sus películas. En 1990 se inauguró el Parque de Almodóvar en su honor. Un monolito en el acceso al parque con el perfil de Pedro Almodóvar señaliza este punto emblemático de la localidad.

En cuanto al patrimonio natural, en el término se localiza la microrreserva de los Túneles del Ojailén: cinco túneles de una vía férrea abandonada que discurren paralelos al río Ojailén utilizados como refugio de distintas especies amenazadas de murciélagos (quirópteros), principalmente durante la época de invernada. No permitida la visita al interior de los túneles, sobre todo en el período de hibernación, dado que puede perturbar a la población de murciélagos. Se recomienda su visita en horario diurno.

Es muy recomendable un paseo durante la primavera por el embalse de Fresnedas por ser un lugar pintoresco; o por el cercano embalse de la Vega del Jabalón, estupendo espacio para avistamiento de aves.

Un capítulo aparte merece la Semana Santa de Calzada de Calatrava, incluida en la Ruta de la Pasión Calatrava, fiesta de Interés Turístico Nacional.

En la Semana Santa de Calzada hay muchos elementos de interés.

• el Charco: algo típico y, podríamos decir, casi exclusivo de esta Semana Santa; es la invitación a enaceitados, dulce típico de Calzada, y limoná (bebida hecha con vino y gaseosa echándole a la limoná trozos de frutas) que el Hermano Mayor de la Cofradía ofrece a todos los cofrades que han participado en la procesión al finalizar ésta.
• el Pecado Mortal: todas las tardes de Cuaresma, parejas de mujeres, llevando un antiguo farol de aceite, un cestillo y haciendo sonar rítmicamente una campanilla, cumplen la promesa (realizada por muy diversos motivos) efectuada por la mujer que porta el cestillo y la campanilla.
• el Pasacalles: media hora antes de salir la procesión y una vez terminada ésta se da el pasacalles, en el cual los hermanos - cofrades acompañados de las distintas bandas de cornetas y tambores que van a tocar durante la procesión, hacen el mismo recorrido que después hará la procesión.
• el Prendimiento: la tarde del Jueves Santo en el convento de San Francisco. Consta de dos partes: El vendimiento de Judas en la Plaza de España y a continuación en el patio de San Francisco El Prendimiento, propiamente dicho, es la escenificación del pasaje evangélico de la Pasión (Prendimiento), por parte de los "armaos".
• la Bocina: las noches de Cuaresma y en las procesiones de Semana Santa, "Los Negrillos", (Hermandad de Jesús Nazareno) recorren las calles de la ciudad tocando la Bocina, un tubo troncocónico de unos 2,5 metros de longitud arrastrado sobre ruedas.

Pero de entre todos ellos destaca el Juego de las Caras. Es un juego de azar que se practica cada Viernes Santo, desde primeras horas de la mañana hasta la salida de la procesión del Santo Entierro. En el suelo se pinta un círculo y a su alrededor se colocan los apostantes, no existiendo más límite para las apuestas que el fondo de la banca, que situada en el medio del círculo cubre las apuestas depositadas en el suelo. Dos monedas de cobre con la efigie de Alfonso XII se tiran al aire con las cruces juntas y por tanto las dos caras a la vista. Cuando salen "caras" se produce un momento se silencio casi imperceptible y después un murmullo generalizado. La banca se dispone a recoger casi ávidamente el dinero ganado, los "puntos" van retirando los pies que hasta ese momento han mantenido prácticamente encima del dinero apostado. Si salen "cruces" un estruendo enorme se produce a la vez que un revoloteo de manos recogiendo el dinero que se ha multiplicado por dos, emoción a raudales en la calle, gritos de ánimo y aliento, se ha recuperado parte de lo perdido o en el mejor de los casos se han aumentado las ganancias. Para los calzadeños las "caras" no son un simple juego de azar: es una costumbre, una tradición transmitida durante generaciones y consolidada en la actualidad.