A orillas del río del mismo nombre y dominada por la imponente mole rocosa del pico Padrastro, Bogarra se halla en uno de los parajes de mayor belleza de la Sierra del Segura. Su vega, llena de frutales, y sus calles antiguas y empinadas conservan el carácter serrano de estas tierras e invitan a adentrarse por ellas en un sosegado paseo.
En la calle Cítara se ubica la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un edificio barroco cuya torre se une al cuerpo principal mediante un arco. En la cabecera, rectangular y plana, hay un interesante retablo también barroco, mientras que las capilla laterales se reparten un retablo neoclásico y un interesante trabajo de soldadura de hierro obra del maestro Quijano.
Una opción muy recomendable es recorrer Bogarra siguiendo la Ruta de las Fuentes. Como en la mayoría de los pueblos de la Sierra del Segura, aquí encontramos gran número de fuentes o “pilares” de agua potable, algunos de ellos llamativamente decorados. Junto al Ayuntamiento existen paneles informativos.
Los alrededores del pueblo ofrecen varias posibilidades para realizar paseos o rutas de senderismo. Hay algunas más exigentes, como la subida al pico Padrastro, pero algunas son perfectas para pasar unas horas en familia.
La Ruta de las Esculturas es una ruta familiar, de dificultad baja, para personas sin problemas de movilidad y que caminen habitualmente. Un sendero de 6 kilómetros de ida y vuelta a lo largo de la hoz del río que se convierte en un museo gracias a más de 50 esculturas en piedra y madera diseminadas por él. Estas obras son fruto de las Jornadas de Escultura en el Paisaje que se celebran cada año.
El camino va desde la plaza del Cabezuelo hasta el paraje del Batán. La salida y el regreso, además, coinciden con el paso por algunos de los rincones mejor conservados del casco viejo. A mitad de su recorrido se encuentra el Charco del Cojo, un recodo del río utilizado como zona de baño en verano. Continuando por el sendero a lo largo de la hoz llegamos hasta la Fuente de la Presa, un curioso surgimiento de agua que nace del interior de la roca. Al lado, nuestro destino, una zona de descanso con una pequeña hornacina dedicada a la Virgen de Cortes. Todo el itinerario coincide con parte del sendero de gran recorrido GR67, que une Hellín con Riópar.
La versión larga de la Ruta de las Esculturas es la ruta hasta las Cascadas del Batán.
Llegados al final de la Ruta de las Esculturas, siguiendo las marcas amarillas y blancas durante un kilómetro y medio más –éste ya sí es un camino que puede ser cansado para niños pequeños–, llegaremos al paraje del Batán. El Batán de Bogarra es un espacio con una fuerte protección medioambiental, especialmente en lo que atañe a su flora y a las formaciones de travertino en torno a las cascadas que genera el arroyo en su recorrido. Estas cascadas, rodeadas de pinos, exuberante vegetación y estanques escalonados en su base, otorgan un halo mágico al espacio.
La zona de las cascadas se denomina chorraeros y tendremos que subir unos 20 minutos –el tramo más duro de todos– para llegar hasta la más espectacular de las tres, la de 25 metros de altura.
Al paraje se puede acceder también en coche por la comarcal 3216. Al llegar encontraremos un merendero que abre en temporada y un recorrido habilitado con pasarelas de madera en torno a la cascada del Batán, aunque el baño está prohibido en esta zona.
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