Cada año, del 7 al 17 de septiembre, alrededor de 3 millones de personas pasan por Albacete; la Feria es la fiesta que más días dura del país y una de las más multitudinarias. Sea cual sea nuestra edad y nuestro ritmo, vayamos solos o en pareja, con amigos, en familia… siempre encontraremos un plan apetecible y diferente; además, prefiramos altas horas de la noche o las mañanas, la Feria siempre estará abierta. Tal es la variedad de oferta.

Con tantas variables, hacer un plan de un día es algo arriesgado, si no imposible, pero lo cierto es que en el recinto ferial (La Feria, a secas, lo llaman aquí) podríamos pasar una jornada entera. En la feria, cualquier día, sin apenas movernos, podríamos desayunar, almorzar, comer y cenar en diferentes restaurantes, puestos, carpas, terrazas; comprar gastronomía y artesanía; bailar, cantar o ver conciertos, masivos o reducidos, en diferentes escenarios; asistir a exposiciones, charlas, desfiles, presentaciones, espectáculos deportivos; disfrutar de las atracciones y juegos de feria… todo, como decíamos, a cualquier hora y para cualquier edad.

La feria es un espacio muy amplio que incluye los Ejidos y alrededores de la plaza de Toros, pero cuyos símbolos más reconocibles son un largo paseo peatonal y el recinto ferial en el que desemboca, conocido popularmente como los redondeles o la sartén, uno de los recintos feriales más antiguos de España. Esta sartén es una edificación única en el mundo, declarada Bien de Interés Cultural, y un ejemplo de arquitectura manchega orientada hacia la actividad comercial. Pero quizás lo que hace más especial a este ferial es que está “dentro” de la ciudad. Casi todo el mundo va a la feria andando.

Además, se respira ambiente festivo en cada rincón de la ciudad. La Feria no es sólo la feria. Cada año encontramos un sinfín de propuestas en el extensísimo programa: concursos y certámenes artísticos, Feria Deportiva, programaciones especiales en la Filmoteca, cines, museos, teatro, actividades para los más pequeños (en el maravilloso Parque Abelardo Sánchez se celebra la Feria Infantil).

Pues bien, vayas los diez días de Feria o vayas sólo uno, estas son (a nuestro juicio) algunas cosas imprescindibles que hacer.

Quedamos en el pincho

Frente a la Puerta de Hierros que da entrada a los redondeles, está el pincho, un largo mástil rodeado por largas tiras de luces que es lugar de encuentro por excelencia en los días de Feria. El lugar donde quedar. Tu primer día de Feria, queda en el pincho. Busca los molinos, al principio del paseo y echa a andar en dirección al pincho, al otro lado del paseo. Son 600 metros sembrados con infinidad de juegos y tómbolas (mítica es la Tómbola de Cáritas), atracciones para los más pequeños (caballitos, pequeñas norias), churros con chocolate, puestos de comida, atracciones para los jóvenes (tren de la bruja, la cazuela , el barco vikingo…), vino dulce, panochas de maíz, gente, más gente… Son los colores, olores y sonidos de entrada a la Feria.

Hay que feriarse

Feriarse es el acto de comprar algo en la feria. No te puedes ir de la feria sin feriarte, es una costumbre. En los redondeles y fuera del recinto hay infinidad de puestos de artesanía. Bien sea un detalle pequeño (un pin, unos pendientes, un llavero…) o algo más grande (un bastón, una navaja, un bolso…), algo debes feriarte. La tradición más bonita es feriar a los amigos: compra algo para los que te acompañan.

Casetas de la Feria

Las Casetas de la Feria se sitúan en los Ejidos, rodeando al recinto. Las más tranquilas sirven comidas durante todo el día y cuentan con su propia programación de espectáculos, entre los que se incluyen baile regional, flamenco, karaoke… Otras casetas son todo lo contrario: discotecas con la música a tope y actividad frenética desde las 15:00 hasta las 7:00 de la mañana.

Café y Miguelitos

Consideremos obligatoria esta costumbre: probar el excelente café del Caballo Blanco o de Paquillo, acompañado con los auténticos Miguelitos de La Roda de, por ejemplo, La Moderna. Todo, en el centro del recinto.

Gastronomía de Feria

En las casetas tenemos platos típicos de la gastronomía albaceteña: rabo frito, queso frito, torreznos, guarras, queso, carne de toro… Es una tradición la caña de cerveza con un plato de gambas. Hay colas para los bocadillos: prácticamente de lo que se te antoje, hasta con patatas fritas dentro. Puestos de encurtidos con excelentes berenjenas de Almagro, puestos de repostería y dulces. Hay infinidad de bares en los alrededores, por si queremos alejarnos un rato del bullicio… La oferta es extensísima.

Desde las alturas

Sorprende la cantidad y el tamaño de las atracciones. La silueta de la enorme noria se ve desde kilómetros de distancia. Sube al atardecer, cuando cae el sol, para ver la ciudad y su feria desde arriba; no olvidarás la imagen.

Marcha sin fin

Desde por la mañana hasta por la mañana. Pongamos como epicentro de la marcha el Templete, una preciosa construcción modernista en el centro mismo del recinto, donde los mojitos y la música nunca desaparecen. Desde ahí, se irradia hacia el Ateneo o Talabarteros, por un lado, hacia Amnistía por otro. Entre medias, aún dentro del recinto, decenas de peñas y asociaciones, cada una con su barra e incluso su música propia. Fuera, no olvidemos, siguen las casetas.

Día del niño

Hay un día de Feria que, desde por la mañana, las atracciones tienen precio reducido para los más pequeños. La Feria también es de los niños, y este es su día grande.

Conciertos

La programación musical durante estos días es para todos los gustos y todos los bolsillos. En los Ejidos (alrededores de la feria), en la Caseta de los Jardinillos (al lado del paseo ferial) y en el Auditorio Municipal hay conciertos de grupos de renombre; además, hay actuaciones en los stands del interior del recinto, en distintos bares y salas de la ciudad, hay djs en las casetas…